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René Santiago Hernández
, vio un gran desplegado en un diario de circulación nacional, por ahí de 1983: “Concurso para diseñar el logotipo del Mundial México 1986”. De inmediato pensó en su hermano Rubén , el diseñador gráfico que vivía en Dallas , en los Estados Unidos… “ me lo mandó con mi papá que venía a visitarme, y el resto es historia ”.
A 33 años años de distancia, Rubén Santiago vuelve a vivir la fama efímera, la fama que le dio ser el creador de la imagen de la Copa del Mundo de México , que ha sido catalogada como la más hermosa en la historia de los Mundiales.
“Y no fue dedazo, como dicen por ahí. Fue un concurso hecho y derecho, y lo gané”.
Claro que lo ganó. Y lo ganó bien. “ Quién iba a pensar que 33 años después el logotipo volvería a ser premiado. Pero lo que más me sorprendió es que no hubiera información del autor, nadie sabía que era yo… Ya lo sospechaba, hace algún tiempo me googlee y no apareció nada… Pero bueno, aquí estoy para decir que fui yo y también aclarar las ‘fake news’, no fue dedazo, fue un concurso legal, si hubiera sido así, otro hubiera ganado y yo no tenía que ver nada con Televisa ”.
La historia fue así:
“ Ya tenía seis años de diseñador gráfico, y me animó, me gustó el reto, aunque la verdad es que pensé que sería imposible que fuera a ganar ”.
Pero pudo más las ganas de enfrentarse al reto: “ Me puse a trabajar. Lo primero era conseguir un concepto, una idea breve pero fuerte, que agarrara al público en general y en lo global. Que no se hubiera utilizado en otros Mundiales ”.
Muchas horas de pensar, de dar vueltas por la habitación, de mirar al techo hasta que la luz se encendió: “Un mundo unido por un balón”. La frase estaba lista, el concepto ahora había que desarrollarlo.
“ De ahí se deriva el logo, y no al revés como sucede muchas veces. Se hicieron muchos bosquejos, hasta que quedaron cuatro ideas, todas diferentes, las finalicé y ahora sí, a escoger el bueno y cuando ya lo tenía hecho, me tardé una semana en entregar el producto final ”.
El paso dos estaba listo, ahora venía el entregarlo. “ Esa era cosa de mi hermano René. Se lo envié por mensajería y se fue a entregarlo al Club América. Me platicó que había filas enormes para entregar los proyectos. Según sé, para el logotipo se entregaron más de 7 mil diseños, para lo de la mascota, que al final fue el Pique, más de 11 mil ”.
Ahora venía el paso tres: Esperar. “ No es que estuviera pegado al correo o al teléfono para que me avisaran, pero sí estaba al pendiente. Se tardaron un rato en declarar al ganador porque había mucha oferta. Se tardaron dos meses, y en marzo o abril del 84 me llamaron: ¡había ganado!. La verdad es que comencé a saltar, era un buen premio económico, muy bueno y me daban cuatro juegos de boletos para todos los juegos que se desarrollaran en la ciudad de México, sólo fui al inaugural: Italia-Bulgaria, los demás se los di a mi familia, tenía que regresar a Dallas a trabajar… Me arrepentí, la final (Argentina-Alemania) estuvo buena ”.
Y no sólo creó el logotipo, su frase: “ El mundo unido por un balón”, fue la base para el himno del torneo. “Tomaron ese slogan. Me presentaron al compositor. Todos los que estuvimos involucrados en la canción, logo y demás, tuvimos una junta ejecutiva en Televisa, estábamos todos ”.
Vivió su momento de fama: “ Me premiaron, y después fui a varios programas de Televisa, el que más recuerdo fue Hoy Mismo con Guillermo Ochoa, fui con mi papá. Me llevaron a varios programas de corte juvenil para promover la educación y la actitud de la superación, porque a mí nunca me gustó eso de ‘ahí se va’… Promoví el nunca quedarse satisfecho con nada, bueno, así somos los diseñadores gráficos, tenemos mucha autocrítica ”.
La vida siguió su curso, y 33 años después, aquella idea que saltó de mirar al techo le hizo volver en el tiempo y reclamar, por qué no un poco de fama y reconocimiento, que a nadie le viene mal.