Mientras se resiste a apagar la vela de la Selección Mexicana (aunque parece un simple acto de fe, porque la realidad es que cayó de la gracia de varios propietarios de clubes), Matías Almeyda sigue las pláticas con la federación costarricense, que sí ha mostrado verdadero interés en él, aunque volverá a dejar claro que su prioridad es el Tricolor.
En la nación centroamericana se espera que el Pelado charle con los directivos de esa nación para llegar a un acuerdo, aunque el argentino no estará en la charla. Su representante, Santiago Hirsig, es quien lo hará. Almeyda sabe que si es visto en Costa Rica terminará de enterrar sus opciones con México y se resiste a que eso suceda.
A Nahuel Guzmán no lo quieren por provocador
Nahuel Guzmán
no goza de popularidad entre sus colegas, con quienes suele protagonizar desencuentros, como el del sábado con Pedro Caixinha . Y es normal, porque el guardameta de los Tigres esconde un lado oscuro. Fuera de la cancha, el argentino no sabe callarse cuando alguien atiende a la prensa, aunque muchas veces se esconde si la situación empieza a salirse de control.
Lo suscitado con el director técnico del Cruz Azul , al que llamó “ bobo ” e “irrespetuoso” mientras el portugués estaba en conferencia de prensa, sólo es un altercado más en una larga lista que incluye problemas con gente como Agustín Marchesín, portero del América, y jugadores del Monterrey. Lo suyo son los líos.