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Acabó el juego Brasil vs Inglaterra , uno de los mejores en la primera fase del Mundial México 1970 . En cuanto el árbitro israelí Abraham Klein pitó el final, se le vinieron a la memoria los días en que escapó de su país, para sobrevivir al holocausto.
Abraham Klein nació en Rumania, pero una noche —cuando tenía 13 años de edad y con el ejército de Adolfo Hitler a las puertas de su cuidad— su padre tomó a toda la familia y emprendió el escape por montañas y por ríos, para salvarla. Quien quedó atrás moriría en los campos de concentración de Auschwitz. El joven Klein tuvo que ser separado de sus padres y viajar en un tren, con otros 500 niños judíos, quienes lograron alejarse de la guerra.
Llegó a los Países Bajos, donde un año después pudo reunirse con su familia e ir a trabajar a una comuna agrícola en el naciente Israel.
Su carrera comenzó dirigiendo partidos en el ejército israelí, y —con base en esfuerzo— logró saltar a la naciente Liga profesional.
Comenzó a dirigir partidos a nivel internacional. Fue elegido para pitar en los Juegos Olímpicos México 1968 y, como ya conocía el ambiente, regresó dos años después.
Cuenta en sus memorias que, cuando le dijeron que dirigiría el Brasil-Inglaterra, las manos no le dejaban de temblar. Cuando buscó el silbato en su bolsillo para iniciar el juego, sus manos seguían moviéndose contra su voluntad, pero al pitar el comienzo, todos los nervios se esfumaron.
El Brasil-Inglaterra fue calificado como uno de los duelos más complicados del Mundial, por la gran rivalidad de los equipos y la violencia que se presentó. Klein lo sacó sin problemas, pero... No volvió a pitar otro juego en la Copa del Mundo.
En 1974 fue elegido para representar a su país en el Mundial que se realizaría en Alemania, pero el asesinato de atletas israelíes —ocurrido dos años antes en los Juegos Olímpicos de Munich— hizo que la FIFA desistiera de incluirlo.
Volvió en 1978, pitó el Argentina-Italia de la primera ronda, pero como los locales perdieron y no les gustó el arbitraje del israelí, fue relegado. En 1982 regresó a la Copa del Mundo, en España. Su nacionalidad le volvió a cobrar factura. Fue designado para dirigir el juego Kuwait-Argelia, dos naciones árabes, pero lo sacó adelante.