En varias ocasiones, Miguel Herrera declaró que no tenía problema alguno con el atacante Jérémy Ménez , incluso que charlaban antes de los entrenamientos. Entonces ¿por qué no lo tomaba en cuenta?
Muy sencillo. El ahora exjugador del América nunca llegó tarde a las prácticas, pero no se puede decir lo mismo en cuanto a la hora que se iba. Resulta que, al iniciar la sesión de entrenamiento, Ménez siempre estaba y trabajaba al parejo de sus compañeros.
El problema venía en el momento de realizar dinámicas más intensas o hasta interescuadras. Cuando el Piojo lo buscaba, Jérémy ya se había ido; incluso, ya estaba en la ducha.