El Chelsea sorprendió al poderoso Manchester City de Pep Guardiola , para quedarse con el trofeo de la Champions League.
Europa se pintó “blue”, gracias a la solicitaría anotación de Kai Havertz en el estadio Do Dragao y que le entregó la segunda “Orejona” al club londinense (1-0).
De los dos “ajedrecistas”, el alemán Thomas Tuchel –quien llegó a la mitad de la temporada, en relevo de Frank Lampard– superó al español, cortó en lo que pudo ser su tercer campeonato y primero sin Lionel Messi y Barcelona.
El Chelsea necesitó un gol, en una descolgada, para dejar en el camino a los monarcas de la liga inglesa, que sigue sin saborear la gloria europea.
Los planteles jóvenes mostraron el nerviosismo en el arranque de la final en Oporto , con los citizens más ofensivos que los blues. A pesar de que Guardiola mandó a presionar las salidas, Tuchel supo dosificar a sus futbolistas y apostó por la verticalidad en descolgadas.
Ambos tuvieron sus aproximaciones, las del Chelsea fueron de mayor peligro, aunque sin puntería por parte del tridente londinense.
Con tres centrales y dos carrileros en la zaga, los blues mermaron la agresividad de los campeones de la Premier League y apostaron por lo suyo a la velocidad. La táctica funcionó, en un contragolpe y un servicio filtrado que dejó a Kai Havertz solo ante Ederson, recortó y marcó el tanto a favor para los capitalinos (minuto 42).
Para la segunda parte, la situación no mejoró para el City, por un golpe sobre el rostro de la figura Kevin De Bruyne –quien había estado desaparecido– y tuvo que ser sustituido con 30 minutos por jugar.
Pep mandó a sus hombres al área del Chelsea, obligados al empate. Con mucho personal a la ofensiva, quedaron espacios atrás para que los blues hicieran el segundo, la más cercana fue una acción que terminó el estadounidense Christian Pulisic por un costado de la portería de Ederson.
Para el 75´, Sergio Agüero ingresó en su último partido como “ciudadano” en busca de volver a vestirse de héroe, como lo hizo en 2012, cuando le entregó la Premier League al equipo, en el inicio de esta era poderosa del Manchester City, pero no pudo repetir la historia.
El Do Dragao fue una fiesta en el regreso de la afición a una final de la Champions League, tras la silenciosa del año pasado en el mismo país. Las tensiones se incrementaron sobre el césped, con los Sky-Blues encima de los londinenses, que congelaron la mayor cantidad de balones posibles.
Segunda "Orejona" para el Chelsea y su dueño Román Abramóvich.