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daniel.blumrosen@eluniversal.com.mx
Adalid Maganda aún no olvida lo sucedido hace casi tres años en el caluroso vestuario del visitante en el estadio Andrés Quintana Roo de Cancún. Mientras iba a solicitar la alineación de los Tuzos, varios jugadores hicieron sonidos similares a los que emite un simio, en directa alusión al color de piel del árbitro guerrerense, quien acusa un nuevo acto de racismo en su contra.
Esta vez viene de los altos mandos de la Comisión de Arbitraje. El señalamiento es hacia Arturo Brizio, presidente, y Jorge Eduardo Gasso, asesor, quienes tomaron la determinación de cesarlo, pese a que —según afirma— no ha reprobado algún examen físico.
Maganda denuncia que se trata de discriminación y revela que ha sido insultado por su apariencia.
“En esa ocasión decidí callar, pero esta vez sí voy a hablar. Sí hubo ese acto [de los jugadores hidalguenses], porque iba a tener el respaldo de la Comisión de Árbitros, que dirigía Héctor González Iñárritu. Tuve todo el apoyo del doctor [Edgardo] Codesal y de Gilberto Alcalá Pineda, quienes nunca me dejaron solo”, comparte, vía telefónica, con EL UNIVERSAL Deportes. “No me dieron la cara para comunicarme la noticia [de su despido]. Me marcaron por teléfono, pidiéndome que ya no me presentara a la Convención de Árbitros y que no entro en planes para la Comisión”.
—Hay versiones de que te llamaron pin... negro en la Comisión de Arbitraje ¿Es verdad?
—Es cierto.
—¿Quién lo hizo?
—Jorge Gasso... Y en una ocasión el licenciado Arturo Brizio, en su oficina, cuando fui a preguntarles, a exigirles una explicación de por qué no salía designado para los partidos”.
Durante el actual semestre, Maganda sólo fue requerido para dirigir el choque de Copa entre los Cafetaleros de Tapachula y el León, el 16 de enero. La versión oficial es que su desempeño no ha sido el adecuado.
“Es un chiste que me digan que es por bajo rendimiento, porque en el tiempo que llevo en el arbitraje, nunca he reprobado un examen físico”, sentencia. “En enero me lesioné y ese fue el motivo por el que abandoné las pruebas físicas”.
“Un mes después, las volví a hacer y las pasé perfectamente. Después de eso, no volví a arbitrar, pero todos los que las hicieron conmigo, arbitraron y entraron a Liguilla”.
—¿Cómo era el trato de Arturo Brizio hacia ti?
“Mal. Cuando lo saludaba, nunca me daba la cara. Le quería preguntar algo y no... Raro. Duele esto, porque no se vale que corten tu carrera porque no le caes bien a un jefe o por tu color [de piel]. Tengo a mi familia. He luchado con ellos palmo a palmo para que lleguen así unos señores y jueguen con tu futuro. No se vale”.
Es por eso que advierte que irá “hasta las últimas consecuencias. Si tengo que llegar hasta la FIFA, lo haré”. Los tribunales civiles también son una opción que empleará.
