A medida que la pandemia de Covid-19 avanza, la reanudación de la vida cotidiana se retrasa y al calendario de la Liga MX cada vez le quedan menos hojas para colocar partidos, por lo que resulta inminente que no se podrá cumplir con todos los compromisos establecidos y habrá que sacrificar un certamen.
La fase de clasificación en la Copa MX del ciclo 2020-21 y la segunda edición de la Leagues Cup apuntan a ser las daminificadas por el coronavirus.
Ayer, la Secretaría de Salud informó que —por ahora— la cuarentena se extiende al 30 de mayo, lo que confirma que el Clausura 2020 se reanudará hasta el segundo semestre del año. Es cierto que existe la posibilidad de que ciertas actividades comiencen a retomarse en junio, pero los clubes acordaron con la Liga que —cuando ya se pueda jugar— primero se les otorgarán un par de semanas para que los futbolistas recuperen ritmo futbolístico, así es que el mejor de los escenarios apunta a reiniciar el campeonato en julio.
A partir de ese momento, la Liga MX contará con 26 semanas para desahogar lo que le resta al Clausura 2020, todo el Apertura, la final de la Copa MX, el inicio de la siguiente edición de ese certamen, además de la Leagues Cup y lo que le falta a la Concachampions. Las Jornadas a media semana son una gran opción, pero en detrimento de los otros torneos, por lo que ahí debería venir el sacrificio.
Incluso con fechas triples, se requieren por lo menos siete semanas para completar el Clausura, por lo que quedarían 19, pero se necesitará —por lo menos— una de vacaciones entre una Liga y otra. Restarán 18, para un campeonato de 17 Jornadas (si no hay incremento de clubes) y una fase final.
Las fechas dobles serán necesarias; claro, sin olvidar que existen fines de semana de Fechas FIFA para actividad de Selecciones. Por el momento, está programada una en septiembre, otra en octubre y una en noviembre.
No hay de otra, el futbol mexicano tendrá que sacrificar algo, con la pérdida económica que eso significará.
