Tres partidos bastaron para que los refuerzos de los Pumas pasaran de ser menospreciados a la esperanza de un cambio que aún no ha terminado de fraguarse.
Uno de ellos, Favio Álvarez , encontró en el rápido acoplamiento una identidad que le ha permitido asentarse en el grupo y que, previo al clásico capitalino, pueda vivirlo con el sabor adecuado.
“No todos los días se juegan esta clase de partidos. Sé lo que significa jugar un clásico”, aseveró, en la víspera del duelo contra el América .
El volante argentino reveló que, parte de ese conocimiento ha sido transmitido por quienes surgieron de la cantera felina, aunque la sensación viene de su experiencia en el futbol sudamericano.
“Mis compañeros me han dicho lo que representa, pero yo también he jugado clásicos y no me gusta perder”.