Lo sucedido el pasado miércoles en las inmediaciones del entre las aficiones del Atlético de San Luis y Tigres , reabrió el debate sobre la existencia de estos grupos de animación en el futbol mexicano; sin embargo, hay un trasfondo en torno a una realidad que sigue aquejando al país y, en consecuencia, a la Liga MX: la violencia.

Llámense barras bravas,

grupos de choque, de animación, bandas delictivas, entre otros, el problema va más allá de una pelea afuera de un estadio de futbol.

“Se le llama el principio de la olla exprés. El ser humano funciona a través de una autorregulación de energía, depende de los niveles de carga de estrés y de tensión. Cuando falla la autorregulación es cuando aumenta la presión externa y tiende a hacer pequeñas explosiones, como un mecanismo de defensa para no tener un colapso emocional” explicó para EL UNIVERSAL Deportes María Guadalupe Contreras, doctora en sicoanálisis .

El encierro por la pandemia de Covid-19

fue una situación que impactó a todos por igual. Lo cual también podría influir en el comportamiento del aficionado en los inmuebles.

“De aquí que con la pandemia haya aumentado significativamente l a violencia intrafamiliar, el número de suicidios , la violencia y la agresión en las calles. Por eso no es extraño que la violencia aumente en una sociedad que atraviesa por un caos causado por la pandemia y las situaciones económicas en México y el mundo”, aseveró.

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El futbol es un fenómeno social

que reúne masas y genera emociones como muy pocos deportes lo hacen en México, situación que influye en la sicología del aficionado.

“De tal manera que si se reúne la masa en un estadio se da el fenómeno del contagio, se exacerban los ánimos y toda la carga agresiva o de estrés tendrá una válvula de escape. En sicología se habla de que en las masas e xiste un fenómeno de contagio, de euforia y éste puede llevar a la agresión y destrucción”, describió.

 

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