Jugar sin aficionados durante el repechaje y la Liguilla será un impacto para los equipos, en los temas deportivo y administrativo.

Después de la negativa que diera Promoción a la Salud del Gobierno para disputar la fase final del torneo con gente, es casi un hecho de que no habrá público en lo que resta del año.

“La realidad es que los semáforos están en naranja. El golpe económico será gravísimo, desde la cantidad de consumo durante los partidos, taquilla y también es un impacto para socios patrocinadores”, explicó Francisco Suinaga, presidente del Toluca.

Los Diablos Rojos visitarán a los Tigres en la repesca, por un boleto a la Liguilla, aunque es “99 por ciento” seguro que, en caso de avanzar, el estadio Nemesio Díez esté cerrado al público.

En Monterrey, Jaime Rodríguez Calderón, gobernador de Nuevo León, sentenció que los clubes regiomontanos no recibirán fanáticos en el repechaje: “Para que se le quite lo irresponsable a la sociedad”.

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El Gobierno Federal explicó que debido a la temporada invernal y por una mayor actividad en los estados, habrá un incremento en el nivel de riesgos de contagios por Covid-19, lo que evitaría reabrir los recintos.

“Vemos complicado [recibir público] por la situación en el país. Por prevención, sería lo ideal jugar a puerta cerrada”, añadió Carlos Poblete, director deportivo del Puebla.

“Sí habrá un poblema económico, como ha sido todo el torneo, por disputar una Liguilla sin aficionados”, cerró

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