Parece que por fin, a Pablo Guede lo dejaron en paz en Sudamérica, y podrá concentrarse en dirigir al

El San Lorenzo de Argentina molestó y presionó a Guede para dejar tirados a los michoacanos, pero el técnico lo pensó muy bien, y decidió quedarse por dos factores:

No quiere problemas legales; se hablaba de que podría ser demandado por los exates, y el segundo, no quería cerrarse el mercado mexicano, pues es bien conocido que cuando un entrenador le hace una trastada a un equipo azteca, los demás forman bloque para vetarlo, y si no lo creen, pregúntenle a Gustavo Matosas cuánto le costó volver.

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