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Era un rumor, una voz en el pasillo. Los promotores o agentes de jugadores, tenían gran influencia en los equipos de futbol , pero en la sombra.
Así crecieron las leyendas urbanas de Carlos Hurtado en Cruz Azul , o Guillermo Lara en Necaxa y hasta la misma Selección Nacional.
Ahora todo ha cambiado, los promotores ya han salido de las sombras, tanto que hasta se han vuelto en trabajadores, directivos, asesores o hasta dueños de equipos de futbol.
Ejemplos hay varios: Christian Grabarnik, promotor que controla el mercador argentino, quien aparece en junta de la Liga MX representando a Tijuana.
Guillermo Lara, de nueva cuenta, quien estuvo involucrado como inversionista en el Celaya del extinto Ascenso Mx y en el desaparecido Veracruz.
Y ahora Greg Taylor, con el Atlante.
Taylor ha sido de los promotores más poderosos en México durante décadas, pero también de los más discretos. Ahora se asegura que está entre los principales inversores para comprar a Querétaro, y en consecuencia llevar al Atlante de nueva cuenta a la Ciudad de México.
Greg Taylor, se dice, se colocó en el Atlante para seguir realizando operaciones, seguir vendiendo jugadores, ya que según las reglamentaciones de FIFA, un particular no puede ser dueño de cartas de futbolistas. Se habla que utilizó a los Potros para la compra-venta de futbolistas, una especie de triángulo de la riqueza. Para más claridad, Manuel Velarde, su empleado por muchos años y quien ostentaba la licencia de Agente FIFA, fue colocado como presidente de los azulgrana.
Dirigentes del Atlante aceptaron que Taylor trabajaba con los Potros como asesor, que ya no realizaba negocios como promotor y Velarde había renunciado a su licencia FIFA.
Pero si por muchos trabajó sin licencia, ¿quién puede asegurar que no lo sigue haciendo?
Pero ahora se ha decidido a agrandar la operación. Taylor, junto con el empresario farmacéutico Emilio Escalante, han sido señalados de haber comprado a los Gallos Blancos de Querétaro, lo que acarrearía otras operaciones.
El plan, se ha filtrado, sería operar a Gallos por lo menos un año, Manuel Velarde sería el presidente del club, y llevarse al Atlante a jugar a La Corregidora, y de ahí saltar a la ciudad de México. La otra opción es que simplemente los Potros cambien de plaza hacia la capital, con la opción de jugar en el estadio Azteca o el Azul.
Aunque algunos directivos de los Potros han negado estos movimientos, las evidencias son claras, y así Greg Taylor será otro de los promotores que se vuelven directivos, esa es la nueva realidad del futbol mexicano.