" Estábamos en tiempo extra. La verdad es que Puebla ya estaba cansado, se veían cansados. El partido de ida lo jugamos en un campo inundado, llovió mucho en Puebla, hubo riesgo de que no se jugara el partido, pero se realizó ", recuerda , héroe de la final de la temporada 1991-92, cuando León se coronó por quinta vez, a costa de los Camoteros del Puebla.

El juego de ida terminó empatado a cero goles, "de un lado estaba Manolo Lapuente, del otro Víctor (Vucetich), ambos técnicos privilegiando el orden. Juegos muy cerrados, en la ida casi no hubo llegadas, mucho desgaste, tampoco hubo goles.

En los tiempos extras, el grandote defensa central, ya quería irse al frente, "desde el final del segundo tiempo echaba mirada a la banca, a Víctor, para que me dejara ir al frente, pero nada, nada, no me hacía caso. Lo habíamos hablado desde el medio tiempo, estaba desesperado, pero Víctor me dijo: 'espera, va a llegar tu momento, espera'".

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Esperó, y entonces, sucedió... "Casi se termina el primer tiempo extra, Puebla tiene dos jugadores menos, hubo un expulsado y Paco Ramírez estaba fuera del campo, a acalambrado. Volví a voltear a la banca, Víctor también me buscó con la mirada, entendí que era el momento y fui".

El tiempo se detuvo para todos, menos para Carlos Turrubiates, "viene el centro de Marquinho, Pablo (Larios) sale mal, se lleva a Paco Uribe, pero Paco peina la pelota y me cae...".

Turrubiates con el marco en soledad, anotó de cabeza y todo se decidió. León ya tenía el título, la quinta Copa en su mano.

Minutos más tarde Aurelio Rivera anotaría un autogol y con eso los Panzas Verdes refrendaba su victoria y su título en la tarde en que Carlos Turrubiates fue héroe.

 

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