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Resistirse a enterrar ese acuerdo no escrito llamado Pacto de Caballeros va mucho más allá de simple capricho por parte de los propietarios de clubes en el futbol mexicano. Lo de ellos tiene que ver con no perder a varios de sus activos más importantes.
Este día, los dueños de equipos se reunirán con representantes de la Asociación Mexicana de Futbolistas Profesionales (AMFPro) en las instalaciones de la FMF. El objetivo es llegar a un acuerdo y evitar que la última jornada del Clausura 2018, programada de viernes a domingo, no se juegue, como protesta de los hombres que se desempeñan sobre el lienzo verde.
La creación de la AMFPro, en octubre, se dio —principalmente— para defender los derechos laborales de los jugadores, esos que suelen ser sui géneris en la hoy llamada Liga MX.
Y para muestra, el Pacto de Caballeros, que viola los reglamentos de la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA). En sus lineamientos, el órgano rector del balompié mundial permite a cualquier futbolista marcharse a la institución que desea cuando expire su más reciente vínculo, sin compensación económica alguna para el conjunto que deja. También le da la posibilidad de entablar negociaciones oficiales con cualquier directiva si sólo le restan seis o menos meses de contrato.
Prerrogativas que no gozan los futbolistas que militan en el medio mexicano, ya que —desde hace poco más de tres lustros— los directivos acordaron que el club dejado por cualquier futbolista recibirá un pago, en muchas ocasiones similar al que tendría si todavía existiera vínculo vigente, sin importar el estado contractual.
Esos beneficios se perderían en caso de aceptar la principal petición de la AMFPro y, de inmediato, 86 futbolistas tendrían la opción de fichar con quien deseen —en el mercado veraniego o invernal—, sin dar alguna cantidad al equipo del que saldrían... Y algunos son muy importantes para sus directores técnicos.
El atacante Javier Aquino y el defensa central Anselmo Vendrechovski Juninho son otros futbolistas a quienes el acuerdo se les vence este año, por lo que serían libres, en caso de dar luz verde a la propuesta de los jugadores.
El Guadalajara, club que vive en el ojo del huracán porque la directiva adeuda a los jugadores buena parte de los incentivos económicos por ganar la Liga MX y la Copa MX durante el primer semestre del año anterior, también podría perder —sin remuneración— a varias piezas clave: los defensas Oswaldo Alanís, Jair Pereira y Carlos Salcido, además del atacante Isaac Brizuela y el portero Rodolfo Cota, cuyos préstamos vencen en junio.