Karina Rodríguez
era oficinista. Hacía oficios, llevaba papeles de aquí para allá. Pero aún no respondía a una llamada desde su interior, el de la peleadora.
Hoy, Kari es una de las máximas exponentes de las artes marciales mixtas en México, y la primera campeona del proyecto Invictas, la antesala a la UFC.
El camino inició, porque siguió a sus instintos. “Siempre he practicado deporte, pero había algo que hacía falta”, revela.
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Así fue como los golpes la llamaron
: “Fui a entregar unos papeles y ahí vi cómo entrenaban artes marciales... Pensé: ‘me hace falta probar esto’”... Lo probó y le gustó, “vi que era buena. Me pasaron a los combates, sólo por probar y me gustó. Después me metí a la jaula, sólo por probar y me gustó más. Luego una pelea profesional, y me gustó. A la fecha me sigue gustando”.
En casa tardaron en asimilar el cambio. “Mi mamá se preocupaba mucho, ahora ya lo aceptó, y mi papá desde el inicio me echaba porras, pero nunca ha podido verme pelear en vivo. Cuando peleaba en México nunca acudió, se quedaba en casa a esperar el resultado, y sólo las ve cuando ya sabe el resultado, cuando sabe que estoy bien”.
Ganó el proyecto Invictas , “fue el combate más duro, gané por decisión, pelea inteligente. Ahora espero la llamada de la UFC o defender mi título”.