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ramon.trevino@clabsa.com.mx
San Diego.— Gerardo Martino entra a escena. Todos los reflectores estarán sobre el argentino, quien esta noche en California —por primera vez— portará el elegante traje con el bordado de la Selección Mexicana.
El Tata no habitúa vestir con corbata. Al ser muy inquieto dentro del área técnica, prefiere la comodidad para sus manoteos y extensos gritos durante los 90 minutos de intensidad.
Todo el ruido de los últimos días, por la semana de Fecha FIFA y los meses que lleva en su puesto, se elimina. Este día, frente a Chile, al que consideró como su Talón de Aquiles, se evalúa su trabajo sobre la cancha y si tiene la capacidad de continuar con la ilusión de generar un equipo fuerte para este proceso mundialista, que deberá concluir en Qatar 2022.
Con cuatro días de trabajo en Chula Vista, Martino alineará a los mejores 11 futbolistas, según sus conocimientos, sobre el césped del SDCCU Stadium, en lo que será su esperada presentación como entrenador del Tricolor.
“Hemos tenido poco días, pero hemos hecho entrenamientos muy buenos.
Me gustaría decir que vamos a ver una Selección con buen funcionamiento”, dijo, ilusionado, el sudamericano.
Todo lo que haga a partir de hoy, gane o pierda, será cuestionado. Así es el banquillo de la Selección Mexicana. Probablemente, Gerardo conoce ya este tipo de presión, cuando dirigió al Barcelona y al representativo de Argentina.