Este fin de semana, cuando la bandera a cuadros vuelva a ondear y los motores retomen su rugir en el Red Bull Ring de Spielberg, una sensación de extrañeza invadirá a la Fórmula Uno .
El Gran Premio de Austria inaugurará una temporada atípica, atiborrada de actos precautorios cuya misión será evitar que la pandemia del Covid-19 obligue a un final anticipado.
Las medidas fueron homologadas para todos en la industria; sin embargo, han tenido singular repercusión en los pilotos de reserva, quienes han recuperado una relevancia que durmió por décadas, desde que abordar un monoplaza era jugarse la vida.
En ese rol, para la Escudería Mercedes, se desempeña el mexicano Esteban Gutiérrez. En charla con EL UNIVERSAL Deportes, cuenta cómo la crisis ha manipulado las implicaciones de su puesto.
-
"Estoy lo más aislado posible, porque una de mis responsabilidades es estar preparado en caso de que otro piloto se vea afectado. Tengo que cuidarme bastante y no estar expuesto al mismo ambiente que los demás miembros del equipo", explica.
En el regreso, el regiomontano no estará en la pista. La dinámica mutará y el desafío crecerá, igual que la ilusión de quien desea, una vez más, ganar un asiento en el serial.
"Son cambios radicales. Tendremos que restringirnos en presupuesto, lo que significa que reduciremos la cantidad de personas. Esa es una de las partes negativas, aunque necesarias para que el deporte siga existiendo", indica.
En las carreras virtuales, 'Guti' se mantiene activo y en espera de su oportunidad. Cuando fue ascendido por los Flechas Plateadas, asumió que sólo su forma óptima materializaría la aspiración y, en Austria, inicia el camino.