Yon de Luisa lo dejó muy claro durante su presentación oficial como presidente de la Federación Mexicana de Futbol: el próximo reto del balompié nacional es el Mundial Qatar 2022, pero el máximo objetivo es presentar al mejor Tricolor posible para el evento de 2026, ese que el país organizará junto a Estados Unidos y Canadá.
Eso explica la necesidad de refrescar al combinado nacional de cara al certamen que se efectuará dentro de poco menos de ocho años, en el que —aparentemente— ahora sí será obligación alcanzar por lo menos el anhelado quinto partido.
El volante Diego Lainez (América), el atacante Roberto Alvarado (Cruz Azul) y el delantero José de Jesús Godínez (Guadalajara), son los principales estandartes de una generación que sería complementada por los bastiones del equipo que, en teoría, disputará la Copa del Mundo en Medio Oriente, como los volantes Rodolfo Pizarro y Jonathan González, los arqueros Gibrán Lajud y Raúl Gudiño, además del defensa César Montes.
Ninguno de estos nombres fue parte de la lista con la que Juan Carlos Osorio encaró la justa de Rusia 2018, porque la idea es esa: poco a poco, realizar el cambio generacional en la Selección Mexicana.
De hecho, sólo 12 futbolistas que estuvieron en la más reciente Copa del Mundo estarían en condiciones de ser tomados en cuenta para el siguiente certamen. Los defensas Édson Álvarez y Jesús Gallardo, así como el atacante Hirving Lozano, lucen con mayor probabilidad. El primero tendrá 24 años de edad y los otros dos, 27.
Es tiempo de la renovación, de cara al histórico Mundial 2026.
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