El Espanyol, tras el punto logrado en el estadio de La Romareda ante el Real Zaragoza , ya es equipo de la Primera división del fútbol español, tras un empate sin goles que los locales dieron por bueno, pero que no lo es tanto porque, aunque supone sumar contra el mejor equipo de la categoría podría implicar que, de nuevo, se vea a las puertas del descenso.
Al equipo catalán la victoria le aseguraba el ascenso y, en el peor de los casos el empate, algo que acabó por conseguir y que le devuelve a la máxima categoría a la temporada siguiente de su descenso y de forma brillante, siendo claramente el mejor equipo de Segunda.
El que haya conseguido la vuelta a la máxima categoría a falta de cuatro jornadas para la conclusión del campeonato siendo el máximo goleador de la categoría y el menos goleado hasta la fecha, refrenda su superioridad sobre el resto de rivales.
Fue un partido con unos y otros intentado ganar pero siendo cautos. El Espanyol no fue el equipo arrollador y que presiona habitualmente desde el inicio de la jugada pensando en que el punto le valía mientras que el Real Zaragoza, como mal menor, ver un punto más en su casillero ante líder parecía darse por no excesivamente malo, aunque eso lo dictarán el resto de marcadores de sus rivales por la permanencia.
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La primera parte estuvo igualada con ambos equipos de inicio intentando asegurar la posesión cuando tenían el balón porque la presión no era alta sino más bien a partir de la línea del centro del campo.
El Real Zaragoza conseguía llegar más al área visitante aunque no terminaba las jugadas y mediado este periodo el equipo catalán comenzó a igualar la situación acercándose más por el área de Cristian Álvarez.
Los dos equipos tuvieron un par de buenas ocasiones para haberse adelantado, en el caso zaragocista por medio de Adrián González cuyos disparos rechazó con problemas Diego López, y en el de los "periquitos" con Sergi Darder, que remató ligeramente desviado, y de Adrián Embarba en un saque de falta que obligó al meta del equipo maño a realizar una gran intervención.
La segunda mitad se desgranó por unos derroteros parecidos al primer tiempo, pensando en ganar pero con un punto al que nadie le hacía ascos.
Empezó mejor el conjunto de Juan Ignacio Martínez "JIM", con una buena oportunidad de Iñigo Eguaras en el 55 pero el equipo barcelonés, como en un calco de los primeros 45 minutos, igualó las cosas con el paso del tiempo y pudo marcar en el 68 en un mano a mano de Javi Puado en el 68 que salvó el cancerbero 'blanquillo'.
El último cuarto de hora fue el de los minutos del miedo ya que las precauciones que ambos habían tomado desde el principio crecieron y los dos contendientes anduvieron con pies de plomo hasta el pitido final y prácticamente dando por buenas las tablas.