El empate que sacó el Cruz Azul Sub-20 en Veracruz (1-1) valió mucho más que el del primer equipo, ya que varios de sus jugadores disputaron el duelo con males estomacales.
Los juveniles, quienes no se hospedaron en el mismo hotel que La Máquina, se intoxicaron con la comida y —a pesar de las náuseas— sacaron el punto del Puerto, gracias al gol del delantero Pedro Pacheco.
La filial de Hidalgo , que pasó la noche en el mismo edificio, no presentó alguna molestia. En su caso, igualó a una anotación con el Orizaba. La moraleja que deja esto es que hay que tener mucho más cuidado con los muchachos de las juveniles.