Santos Laguna es el equipo de las revanchas. Corrige trayectorias de jugadores que venían dando tumbos. Y pese a las críticas, ahora resultaron campeones como Osvaldo Martínez.
“Es un orgullo y satisfacción el demostrar que sí podías, demostrar que eres capaz y para la gente que en su momento ya no creía tanto en mí y, bueno, ahí está demostrado”, señaló el mediocampista tras el sexto título del conjunto de La Comarca. “También, muchas gracias a los que sí me apoyaron y creyeron en mí, espero retribuirlos de alguna manera, sobre todo con la directiva del Santos, que se la jugó y creyó en el proyecto”.
El paraguayo llegó a México en 2009, con el Monterrey. Después de dos años jugó para el Atlante y bajo las órdenes del técnico Miguel Herrera, quien lo llevó al América en el Clausura 2013, torneo donde el cuadro azulcrema resultó campeón y Osvaldito comenzó a forjarse como un referente en El Nido de Coapa.
El Apertura 2016 fue su último certamen como águila. El americanismo lamentó su partida a Santos Laguna; sin embargo, el paraguayo tuvo una reivindicación en su carrera.
“Estoy muy contento con este título, creo que es un justo premio a todo el trabajo de los muchachos, del equipo y la institución, no podía ser posible sin el apoyo de la afición, el cuerpo técnico, el cariño de mi familia. “Agradecido con todos por la entrega, sacrificio y los huevos que pusimos en cada partido, me hace mirar más a mi carrera, vamos a disfrutarlo”, aseguró.
Y franco, concluyó en que enfrentaron a la crítica con los resultados y el trofeo del Clausura 2018. “Siempre habrá favoritos, pasa en otras partes, así es este deporte. Sabíamos que nadie confiaba en nosotros, en cada fase, pero cerramos bocas. No sólo somos 11, lo estoy disfrutando porque es mi quinto campeonato en el futbol mexicano”.
El nacido en Central, Paraguay, arribó a nuestro balompié tras conquistar cinco ligas de su país. Con Rayados se proclamó dos veces campeón (2009 y 2010), al igual que en América (2013 y 2014), y va por otro como guerrero albiverde.