Golazo que valió el boleto, el abono, el pase de por vida. Avilés Hurtado vio venir la pelota, no muy alta, no muy baja y no lo pensó, lo imaginó en sus sueños y los hizo realidad.
Chilena, el balón conectado en la cabriola fue hacia el césped y botó con violencia la suficiente para vencer a Corona . Como sea, un golazo, pero que no vale la victoria, porque Cruz Azul encontró aire, tras ir abajo 2-0 e igualó a dos tantos de forma dramática para seguir con su repunte hacia la Liguilla y poner aún más en duda el proceso de Diego Alonso .
Hurtado y César Montes
pusieron en ventaja a los regios, que parecía definitiva, pero de atrás vino La Máquina sacando vapor. Primero Milton Caraglio , después Igor Lichnovsky . El Cruz Azul llegó a 19 puntos y, quizá, se sostenga en zona de Liguilla , además de que ya suma cinco juegos sin perder.
Monterrey
llega a 23, pero con tres juegos sin ganar. Un juego pasado por lluvia que volvió a evidenciar que la cancha del lujoso BBVA es un muladar.
Los charcos no son dignos de lo que representa el estadio y de la inversión que se hizo. Fuera de eso, el juego demuestra que Cruz Azul ha vuelto. Sí, La Máquina ha regresado a ser ese equipo incómodo, que basa su juego a no dejar jugar y a la rápida inspiración al ataque. Pero al mismo tiempo ha vuelto a ser ese equipo indeciso, desconfiado atrás y con falta de contundencia al frente.
El Cruz Azul ha vuelto, tanto que cuando tiene el juego controlado le viene la tragedia encima. Y cuando se acaban las ideas, queda el pundonor, de eso que está lleno Caixinha y así en base a juego aéreo con Caraglio y Lichnovsky .