Cuánta razón tenía Michel González a media semana: Querétaro pasó de ser sorpresa a convertirse en una realidad.
El buen comportamiento de los Gallos Blancos , tanto dentro de la cancha como en la tribuna, hicieron olvidar los lamentables hechos que se suscitaron en el Estadio Alfonso Lastras . Cero violencia y ni un grito polémico.
La Corregidora mostró otra cara, una familiar. La Resistencia Albiazul , barra de los Gallos , se tuvo que distribuir por todo el inmueble porque su cabecera norte ya era copada por familias y hasta una banda duranguense que puso el ambiente.
De los universitarios no fue su juego, no es su torneo, ni mucho menos su época. La mala fortuna los acompaña. Al 5', en una jugada de tiro de esquina, Juan Vigón y Nicolás Freire no pudieron empujar el balón en el área chica... sin portero.
Al 25' Jordan Sierra abrió el marcador. Alfredo Saldívar atajó el penalti, pero en el rebote el mediocampista acertó para adelantar a los Gallos. Una vez más el infortunio felino.
Tres minutos después, Ake Loba evidenció las carencias de los auriazules. El marfileño tomó el balón desde tres cuartos de cancha, eludió a dos defensores y disparó para convertir el 2-0.
A Enrique Triverio le bastó un minuto en la cancha para hacer el 3-0 y firmar la goleada a unos moribundos Pumas que se alejan de la Liguilla.
La grandeza ya sólo vive en los recuerdos. La actualidad es otra, los Pumas se hunden y Querétaro se convirtió en el nuevo líder. El nuevo fracaso auriazul ya empieza a consumarse.