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Miguel González
puede mandar a todos los delanteros que quiera a la cancha y, ni así, los Pumas marcarían un gol.
El español no ha encontrado una coordinación en defensa o ataque. Ese mal trabajo le costó en Morelia ante unos Monarcas que los vencieron 2-0 con un entrenador interino en el banquillo.
Los capitalinos, como se ha visto en el Apertura 2019 , controlan el balón, pero, al ser exigidos no saben concretar las jugadas. Cuando debieron de aprovechar las condiciones del rival, fracasaron.
Antes del silbatazo inicial en el estadio Morelos, se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de Víctor Manuel González , uno de los fundadores del club auriazul y exsecretario general de la FMF.
Los Pumas
arrancaron mejor, favorecidos por la situación que rodea al Morelia. Pablo Guede , nuevo entrenador de la monarquía, observó el duelo desde un palco del estadio Morelos; Esteve Padilla estuvo al cargo del cuadro michoacano.
Después de 15 minutos, los auriazules perdieron el control del juego y los Monarcas, con timonel improvisado, se les fueron encima.
La falta de comunicación en la zaga felina provocó la anotación del rival. La línea defensiva estuvo mal escalonada y habilitó a Fernando Aristeguieta, quien marcó el tanto a favor de los Monarcas (34´).
Juan Carlos Salinas, auxiliar arbitral, levantó la bandera; sin embargo, Jorge Antonio Pérez Durán recibió la llamada desde la cabina, coordinada por Quetzalli Alvarado, y confirmó la anotación.
Para la segunda mitad, Miguel González, obligado de ir por el resultado, mandó a Juan Iturbe y a Brian Figueroa –por Juan Pablo Vigón y Pablo Barrera– para acelerar el ataque y los felinos estuvieron cerca del empate.
Pérez Durán volvió a ser asistido por la tecnología, ya que los capitalinos reclamaron una supuesta mano de Gabriel Achilier . El silbante tardó minutos en revisar la jugada en el monitor y llegó a la conclusión que el esférico pegó en el muslo del ecuatoriano.
Y otra vez, la mala colocación de la defensa puma provocó el segundo gol a favor del Morelia, anotado por el mismo Aristeguieta . Sin comunicación ni orden, los felinos dejaron que Mario Osuna asistiera para el venezolano, quien, con un pequeño desvío de Nicolás Freire, cruzó a Alfredo Saldívar (62).
Sin ideas en el ataque, a Míchel se le ocurrió mandar a otro delantero, Felipe Mora, a la cancha, como si esa modificación solucionaría la falta de imaginación –o mente creativa por parte del técnico– que sufre el cuadro auriazul.