Y el Jefe ha fallado. Tenía que ganar todo, y perdió el primero. ¿Vendrán más cambios?
Morelia
no hizo mucho para ganar por 1-0, salvar un poco su terrible temporada en el aniversario 30 del estadio Morelos y enterrar aún más la leyenda del Guadalajara . Una Chivas llenas de sinsabores y traumas.
El problema del Guadalajara pasa porque los jugadores consagrados, no están en buen momento y los que llegan como refuerzos se contagian rápidamente de ese mal. Después están los canteranos, jugadores obligados a madurar demasiado rápido en un club en donde la paciencia es mínima.
A eso hay que agregarle una directiva que desestabiliza, que cambia el rumbo cada tres meses y que cuando tuvo a su “general”, lo corrió simplemente porque se atrevió a levantarle la voz al cacique. Además de que hay quienes no toman en serio, directiva, cuerpo técnico y jugadores, la playera que portan, que prefieren presumirla fuera del campo que dentro de él… Ante eso, ni un “ Jefe ”, ni un Coyote , o “ Pelado ”, pueden.
La reingeniería del Guadalajara no se puede transformar en cuatro días, no puede exigirse que dé resultados de una fecha a otra. Ante esto, la grandeza no se pierde, pero disminuye.. Y quizá se acabe.
La táctica que quiso implementar en el primer tiempo Boy , jugando un 4-3-3, fue superada fácilmente por un Javier Torrente al hacer el dos contra uno en las bandas. De ahí nació el gol de Edison Flores (31’) a centro de Cándido Ramírez , sí, Cándido , aquel a quien Juan Carlos Osorio quiso revivir. Después de ese tanto Boy se dedicó a acomodar a su equipo y a lamentarse por la falla de Jesús Molina , que estuvo a punto de igualar.
Para la segunda parte, la estrategia se cambió por actitud. Guadalajara salió a jugarse el resto y fue ahí cuando el portero de Morelia, Ángel Malagón, se convirtió en el salvador de los michoacanos. A tiro de la Chofis , hizo espectacular parada. A cabezazo de Marín aguantó firme y cuando se pasó en una salida, el fuera de lugar lo ayudó.
Y cuando mejor estaba el Guadalajara , vino lo de siempre, la falta de concentración, la falta de profesionalismo. Brizuela vio la roja (79’) en una actitud inexplicable para un jugador de su carrera, y las Chivas aunque no se dieron por vencidas, sí sabían que dependían de un milagro, y esta no llegaba porque el poste y Malagón lo impedían.
Al final Chivas no cambió. No mejoró de más, pasó lo mismo que con José Cardozo o Alberto Coyote : dominio, fallas, desconcentración, gol en contra y ni uno a favor. Quince puntos para Chivas , la clasificación está enterrada. Al Jefe , aunque le quedan tres partidos, ha fallado. Esperan más cambios.