Monterrey.- Los Tigres dieron el zarpazo más letal en la historia del Clásico Regio. Lo hizo en su final soñada, con remontada 1-2 sobre los Rayados (global 2-3) y un cierre de alarido, para proclamarse campeones del torneo Apertura 2017.
Sexta estrella en el escudo de la Universidad Autónoma de Nuevo León , y posiblemente la más especial, porque al recordarla evocarán al orgullo de que vencieron al favorito del torneo, a su rival “más odiado” y en su casa. El flamante estadio BBVA Bancomer lució a tope el albiazul, con algunos lunares amarillos.
Parecía que la casa iba a pesar contra la visita, pero no. Ambas escuadras, con la capacidad de paralizar al norte del país, llegaron al último juego del Apertura 2017 con un empate 1-1. Pero las cuentas pendientes no duraron mucho.
Apenas dos minutos de juego el marcador se abrió en el Gigante de Acero, una sorpresiva jugada que agarró dormida a la defensa felina, en una asistencia de Rogelio Funes Mori que Dorlan Pabón clavó al fondo de las redes. Parecían heridos, pero no de muerte, los universitarios y la experiencia del estratega Ricardo Ferretti salieron a flote. A los 30 minutos, Eduardo Vargas emparejó los cartones con un remate dentro del área; y cuatro después, Francisco Meza, sustituto del suspendido Hugo Ayala, remató de cabeza el gol que pasará a la historia del futbol norteño.
El resto pasó en intentos fallidos y desesperados de la localía, que no encontró su sitio ante la añeja costumbre del “Tuca” Ferretti en momentos importantes, la del camión atrás, con líneas que reforzaran su zaga y respondieron al contragolpe. Y la oportunidad la tuvo Monterrey en la jugada más polémica.
En los últimos minutos, un dudoso penalti que concedió Fernando Guerrero. Al cobro, Avilés Hurtado , el hombre gol del torneo, quien irónicamente fue presa del nerviosismo y la presión, para mandar la esférica por encima de la red.
De inmediato llegaron los lamentos del Monterrey, su última oportunidad de forzar a tiempo extra se esfumó, así como el campeonato que tuvieron al inicio del cotejo. Tigres hizo valer su inteligencia y las calidades individuales de su plantilla, para manejar un escenario hostil como la nueva casa rayada.
Aprendieron de la última vez que pisaron ese estadio, en la pasada Jornada 17, donde cayeron con serias dudas ante los dirigidos por Antonio Mohamed para aspirar a la corona. Pero esta noche fue diferente, los felinos rugieron por orgullo como los nuevos campeones, rugieron para hacerle ver a su hermano regio que ahora son el mejor equipo de Nuevo León.