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Al Cruz Azul le salió muy barata su visita a Monterrey. Los Rayados se impusieron 1-0 ante el conjunto de Pedro Caixinha en la ida de las semifinales.
Rodolfo Pizarro hizo el único gol del encuentro que pudo terminar con las aspiraciones de la novena, pero las fallas regiomontanas dejaron todavía en marcha a La Máquina.
Los Rayados no lograron aprovechar las facilidades de Cruz Azul, inútil en el ataque, impreciso en el mediocampo y distraído en zona defensiva. Todavía resta la vuelta en el Estadio Azteca, el refugio y amuleto de los cementeros.
Pizarro, solo entre la mejor defensiva del torneo, remató con la cabeza al primer palo de Jesús Corona . En el minuto 3, los locales ya ganaban e iban por más.
Costado derecho o izquierdo, Monterrey fue más peligroso en el arranque del duelo, mientras los cementeros recobraban la consciencia tras el gol rayado.
Los 12 grados de temperatura y la llovizna permitieron un futbol rápido y pulsante sobre la cancha resbalosa del BBVA Bancomer. Los regiomontanos llegaban rápido a la zona defensiva de La Máquina, mas no lograban encontrar otro hueco para aumentar su ventaja.
Cruz Azul no logró encontrar su futbol, ni en los segundos 45 minutos del partido, y Caixinha hizo berrinche cada vez que sus jugadores intentaron una jugada de lujo. Manotazo tras manotazo, el portugués gritó y regañó ante su futbol estéril en la Sultana del Norte.
El timonel se cansó de la ineficiencia de Edgar Méndez y mandó a Milton Caraglio al campo para acompañar a un solitario Martín Cauteruccio al ataque. Ante el movimiento táctico, Diego Alonso colocó a César Montes como tercer central.
Si el clima en Monterrey no era suficiente, los Rayados congelaron cualquier acción cementera. Sin importar que la ventaja de un gol no es suficiente para amarrar el pase a la final, los locales estuvieron dispuestos a comprar ese marcador en lugar de arriesgar un poco más.