Los Tigres sobrevivieron ante una Fiera intensa y con vértigo. Un partido infame de los felinos regiomontanos, pero con un solo destello.
Suficiente para poner un pie en las semifinales (1-1). Casi todo el encuentro, los esmeraldas pusieron contra las cuerdas a su multimillonario rival.
La ventaja de 1-0 que puso Mauro Boselli inclinó la balanza hacia la escuadra local. El delantero argentino, campeón goleador de la fase regular, cruzó su tiro de manera contundente (58’).
Andrés Andrade
tuvo el 2-0 y la serie prácticamente definida para la vuelta en El Volcán. Su disparo fue directo a las manos de Nahuel Guzmá n. León pagó su clemencia con un pesado empate.
Con su clásico control y ausencia de desesperación, los Tigres fueron pacientes. Los norteños jamás perdieron la compostura o dejaron su guión, por más asedio que pretendía La Fiera.
Demasiado premio, pero el chileno Eduardo Vargas empató el encuentro. Un envío por abajo y a contrapié de William Yarbrough resultó suficiente para encontrar las redes esmeraldas. Silencio en el estadio.
La escuadra de Ricardo Ferrett i aprovechó para colocar un cerrojo lo suficientemente duro para impedir que los locales encontraran alguna manera de irse en ventaja.
Ahora, el León tendrá que ir a ganar al estadio Universitario o empatar por dos goles o más para clasificar.
A los Tigres les basta el empate 0-0, el 1-1 o la victoria para estar en la siguiente ronda. Ayer jugaron sin grandes destellos para lo que es su plantel. Aún así, se salieron con la suya.