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El Estrella Roja dio la campanada en la jornada europea y sacó los colores, concretamente el rojo, a un Liverpool desfigurado y castigado por un doblete de Milan Pavkov (2-0) que complica las opciones europeas del actual subcampeón. Los de Jürgen Klopp t endrán que seguir atentamente lo que ocurra en Nápoles, donde los italianos y el Paris Saint Germain dirimirán un duelo del que penden muchas de las opciones de pasar a octavos del Liverpool.
Los seis puntos que en estos momentos atesoran los de Anfield les dejan a merced de Nápoles y PSG, ambos pudiendo pasarles en la tabla con un victoria. Al Liverpool aún le quedará visitar el Parque de los Príncipes y recibir a los napolitanos, mientras que el Estrella Roja, que podía terminar esta jornada eliminado, mantiene sus opciones de seguir dando sorpresas.
La protagonizada este martes tuvo nombre propio, el del delantero serbio Milan Pavkov, quien fue suplente en Anfield, pero se desquitó con dos goles en el Rajko Mitic de Belgrado. Ambos tantos, mostrando la habilidad y capacidad de adaptación de un delantero que se sobrepuso al frío de la capital serbia para abanderar a su equipo. Con el Liverpool errando ocasiones en los pies de Daniel Sturridge, titular en detrimento de Roberto Firmino, Pavkov aprovechó un servicio de Marko Marín en un saque de esquina para anticiparse a Virgil van Dijk y adelantar al Estrella Roja.
La euforia no hizo que los serbios se dejaran llevar, sino que apretaron aún más y Pavkov, sumido en el éxtasis del primer gol, agarró la pelota en la frontal y sacó un misil que Alisson apenas pudo ver. El descanso llegó con un Liverpool tratando de descifrar si el marcador estaba en lo cierto y un Estrella Roja sin aliento para asimilar lo que estaba ocurriendo. Los serbios tenían muy presente el 4-0 encajado en Anfield y salieron a defender como no lo hicieron en Inglaterra.
Mientras Klopp se desgañitaba en la banda, Marin tuvo el tercero en sus botas, pero su disparo lo taponó con el brazo James Milner, y ante la ausencia de videoarbitraje, el juego continuó. Comenzó un ejercicio del Liverpool basado en estrellarse una y otra vez contra la ordenada línea de los serbios. Sin la creatividad de Xherdan Shaqiri, olvidado en Inglaterra para evitar problemas políticos (tiene descendencia de Kosovo), Divock Origi fue la jugada desesperada de Klopp.
Juntitos y atrás, repelieron los ataques, achicaron y aguas, se ayudaron de un palo que escupió el gol de Mohamed Salah y convirtieron un resultado histórico. Su primera victoria en la máxima competición continental desde marzo de 1992, cuando vencieron al Panathinaikos en la liguilla de cuartos de final; torneo al que acudieron como vigentes campeones. Para seguir soñando, los de Belgrado visitarán el campo del Nápoles y finalizarán la fase de grupos en casa contra el gigante del PSG.