Un Ajax con nueve jugadores recurrió a su orgullo y se aferró a su corazón para sostenerse sobre el césped de Stamford Bridge , en donde llegó a disponer de una ventaja de tres goles (1-4) ante un Chelsea que consiguió equilibrar el marcador (4-4) pero que terminó desesperado al final con el árbitro y con el VAR.
Los holandeses, lastrados por dos polémicas expulsiones a 20 minutos del final, resistieron de manera heroica el asedio del Chelsea, quien llegó a celebrar el 5-4, por medio de César Azpilicueta, hasta que el VAR lo anuló por mano.
Un empate que no satisface a ninguno de los dos. Al Ajax por no saber cerrar el partido con 1-4 y al Chelsea por verlo durante unos instantes ganados y con dos jugadores más sobre el campo. Una situación que no llegó a rentabilizar. Un encuentro precioso que terminó con mal sabor de boca para ambos.
Y eso que la alegría contagiosa del Ajax desbordó desde el primer momento. Ese fútbol De locura transitoria que se ha ganado Erik Ten Hag irrumpió en Stamford Bridge cuando aún muchos aficionados corrían de camino a su asiento por los retrasos del metro de Londres.
Sin tiempo para esperar a nadie, Quincy Promes colgó una falta envenenada que Abraham solo acertó a rozar en el primer palo. Se lo complicó a Kepa que solo pudo ladear la cabeza mientras la pelota se introducía en su portería.
Pintaban bastos para los 'Blues' que, sin tiempo para recuperarse del golpe, se encontraron con Christian Pulisic siendo derribado dentro del área y el colegiado, Filippo Meli, señalando penalti.
Jorginho, ahora sí erigido lanzador desde aquel fallo de Ross Barkley en este mismo estadio, tomó su carrerilla habitual, aguantó la mirada a André Onana y puso el empate.
El palo que debía amilanar al Ajax. Pero los 'Ajacied' son un equipo que no entiende de bajones. La zurda de Ziyech se inventó el segundo holandés. Pegado a la banda levantó la cabeza, puso una curva perfecta y dentro del área, siendo el más listo de todos, Promes acribillaba de cabeza.
Antes, el árbitro había anulado un tanto por fuera de juego a Abraham, porque el Ajax vivía al límite de sus posibilidades, creando incluso una empatía dentro de 'The Bridge' que evitaba los silbidos locales con cada gol holandés. Se han ganado el cariño de mucha gente, aunque se hayan propuesto amargar a mucha de ella.
Al menos a Kepa y a la grada completa de aficionados del Chelsea que asistieron a la maravilla de Ziyech. El marroquí dispuso de una falta que tenía vestido de córner. Pegada al banderín, cerrada. De todo menos atractiva para el golpeo. Se animó a una parábola imposible buscando la escuadra lejana de Kepa. La pelota golpeó la madera, la cara del meta español y se metió en su portería.
Una imagen casi cómica, icono de que al Ajax le salía todo.
La invitación suya en la segunda parte a que el Chelsea atacase fue recibida como un regalo envenenado por parte de los ingleses. Se crecieron pensando en una remontada y el Ajax se siguió divirtiendo. A la contra, reventó 'The Bridge'. Van de Beek, desde dentro del área, ampliaba una noche de recreo en la que César Azpilicueta apareció para darle algo más de emoción y en la que el árbitro y el VAR despedazaron a los holandeses.
A falta de 20 minutos para el final, con 2-4 en el marcador, Blind robó un balón limpiamente, fue zancadilleado lo que provocó que llegara tarde a cortar un balón e hiciera falta a Abraham. La jugada continuó por ley de la ventaja y el disparo posterior del Chelsea rebotó en un jugador y tocó en la mano de Veltman. Se vino la hecatombe 'Ajacied'. El colegiado echó a Blind y tras ser avisado por el VAR, mandó a la calle a Veltman, también por doble amarilla, concediendo penalti al Chelsea.
Jorginho volvió a definir y dejaba 20 minutos por delante en los que el Chelsea jugaría con dos más. No necesitaron ni cinco minutos para empatar.
Córner, remate al larguero y rechace de James para hacer el 4-4. Locura. Apretaba la grada, sin réplica por parte de los holandeses, que no tenían aficionados en el estadio por sanción, y Azpilicueta completaba la remontada en una jugada llena de rebotes y emoción. Que desestimó el VAR. Cuando Azpilicueta ya se había deshecho del brazalete, lo había besado y se había fundido con el campo, el VAR visionó una mano de Abraham dentro del área. Nada valía.
Vuelta a empezar y vuelta a la locura. El Ajax pudo ganarlo. Increíble, pero cierto, apareció Kepa. El Chelsea también, apareció Onana con una irrepetible parada a Batshuayi. Para honor del Ajax, el resultado aguantó y se marcharon con un amargo punto de Stamford Bridge que pudo ser mucho peor.