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Luego del escandaloso revés sufrido ante Argentina, la Selección Mexicana eligió el silencio, como ya es costumbre, y evitó dar la cara.
Guillermo Ochoa, Jorge Sánchez, Roberto Alvarado y Orbelín Pineda, elementos de América y Cruz Azul , arribaron a la Ciudad de México para integrarse a sus clubes, que —debido a su actualidad— no serán techo para la lluvia de polémica que, ya de por sí, los ha empapado.
Hugo González e Hirving Lozano
también realizaron el viaje a la capital, aunque tanto el Chucky como el cuerpo técnico que encabeza Gerardo Martino salieron por la parte de atrás y no fueron vistos. Gerardo Torrado, director general deportivo de la Federación Mexicana de Futbol, tampoco emitió comentarios al respecto.
Los cuatro futbolistas pertenecientes a equipos capitalinos salieron sin ofrecer declaraciones, con rostros serios, pero no exentos de la crítica de personas que caminaban por la Terminal 1 del aeropuerto. "¿Son los troncos?", preguntaba un joven. "Deberían apedrearlos, qué poca vergüenza, y luego con los argentinos", decía otra señora. Instantes antes de que apareciera Memo Ochoa, un señor le dedicó un contundente: "Te comiste cuatro goles".
Las Águilas vienen de una racha de tres partidos sin ganar en Liga y el fin de semana tendrán la presión de ganarle a los Pumas. La Máquina, por su parte, atraviesa una crisis interna que ha partido a su directiva y así a su proyecto deportivo. Sus convocados nacionales salieron de la tempestad para llegar a otra tormenta.