Jorge Enríquez
lo vio raro desde el inicio y por aquello de las “muchas promesas”... Bueno, “ni siquiera negocié mi sueldo”, pero creyó en el proyecto de la Liga de Balompié Mexicano.
Dejó Europa siguiendo el calor de la familia, porque quería que su tercer hijo naciera en México y vio como opción la LBM , llena de promesas y sueños, que ahora se han transformado en demandas y desilusiones.
Esta es la historia del regreso no concretado de Enríquez a nuestro país.
“Si me quedaba en Europa no iba a estar con mi familia, mi esposa espera a mi tercer hijo… Donde yo juegue debe estar mi familia, así que regresé a México”, recordó el volante, aquel que ganó una medalla de oro en los Olímpicos de Londres 2012.
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No se concretó el regreso a ningún equipo de la Liga MX , “y llegó la oferta de la Liga de Balompié, del club Veracruzano, muchas promesas, pero…”.
Desde el inicio “vi cosas raras, pero confié. No llegué a negociar mi sueldo, ellos dijeron: ‘vas a ganar esto’. Después vinieron los detalles de que no había dónde entrenar, no había dónde cambiarse y tampoco había dónde jugar”.
Por si fuera poco, los pagos no llegaron. Enríquez aguantó tres partidos, dos de local en dos estadios diferentes, uno de visitantes “y decidí decir adiós. Fue una mentira de que el Gullit y yo vivíamos en la casa club, las deudas se hacían grandes, di las gracias y me fui”. Hoy, el Chatón espera que el presidente del club, Diego Bartolotta, le cumpla los meses que le deben y si pasa el tiempo y no llega el pago, “veremos qué medidas tomar”.
Pero hay otros casos. Además de lo denunciado por el Chatón Enríquez , hay otros futbolistas de la LBM que a través de las redes sociales han expuesto su situación con diferentes equipos. Uno de ellos es el defensor Marcelo Alatorre, del Real San José, quien asegura que tras los adeudos de la directiva con los futbolistas ya han comenzado los problemas para tener sustento: “El comer tres veces al día es muy difícil, aunque no lo crean”.