En el mundo del futbol, hay jugadas que simplemente quedan marcadas en la historia. Una chilena , un cabezazo, un gol de tiro libre o una atajada que pueden significar desde un campeonato hasta un descenso.

En su Mundial, Brasil haría el ridículo en semifinales al caer 7-0 ante Alemania, pero el fracaso de la ‘Canarinha ’ pudo darse mucho antes de lo esperado.

Estado Mineirao, Belo Horizonte. Se jugaban los tiempos extra del partido de octavos de final entre Brasil y Chile . Los andinos habían logrado ya la hazaña de alargar el juego ante el gran favorito a levantar la Copa del Mundo al empatar 1-1 en tiempo reglamentario.

Faltaba un minuto para que llegaran los penales, cuando el delantero Mauricio Pinilla tuvo la última jugada del partido, y la estrelló al poste.

Chile y el mundo entero se paralizaron por un momento. La generación dorada de la Roja pudo vencer a la selección más grande de todos los tiempos y en su casa. Pero no lo hizo. Su potente disparo se estrelló en el travesaño y ya desde los 11 pasos, la Verde Amarela avanzó a los cuartos de final.

Ese travesaño marcó tanto al entonces delantero del Cagliari de la Serie A y actual jugador de la U de Chile, que ‘Pinigol’ terminaría tatuándose esa jugada.

"Me dijo que no podía dejar de pensar en ese momento, en lo que habría pasado si el balón hubiese estado unos centímetros más abajo. Por ello quiso dejar registro de lo que estaba sintiendo" dijo el artista quien dejó plasmado la jugada en la espalda del jugador, acompañado de la leyenda “A un centímetro de la gloria”.

Si bien se quedaron en octavos de final, Brasil 2014 sería el parteaguas de la era más grande del futbol chileno, cuando lograron el bicampeonato de la Copa América.

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