La rudeza ha tentado al Gallito y el emplumado está a punto de caer en ella. Aunque se resiste, tras su mascarita se asoma un malosito sin remedio.


“Me gustó sacar la faceta de luchador rudo, pero no sé qué va a pasar con el Gallito en las siguientes semanas”, comparte el tapatío.


Confiar en Chamuel, su sorpresivo aliado en la función del pasado viernes, no lo tiene del todo convencido. “A lo mejor por eso me invitó (para utilizarlo), pero me sentí a gusto. Aunque no estoy confiado al cien por ciento en él, hay que pensarlo muy bien. Sé que Chamuel puede darme la espalda en algún momento, es algo nuevo para mi y debo tener cuidado”.


Cambiar de esquina significaría renunciar a muchas cosas, como la rivalidad con el Perico Zacarías, pero él se aferra. “Aunque yo sea rudo, tenemos que demostrar quién es el mejor emplumado, así que lo voy a perseguir hasta que nos enfrentemos en un duelo por las máscaras”.


Hay otro enemigo que podría encontrarse en el camino. “Si (Microman) se incomodó y quiere algo contra mí, estoy dispuesto, somos profesionales y hay que darle para adelante. 

 

Seguro mucha gente se decepciona, pero hay otra que me recibe en el bando rudo. Pero todavía no está nada claro con el cambio, fueron unos relevos increíbles pero aún soy técnico".


Ser rufián tampoco le quita la esperanza de buscar una oportunidad por el campeonato de la categoría. "En algún momento llegará esa lucha por el campeonato, no importa que sea rudo o técnico, vienen muchos retos para lo que resta del año y en el 2021".


Lo que tiene bien claro, es que la responsabilidad para él y sus compañeros en el concepto de micro estrellas, cada vez es mayor. "En lo personal, no esperaba que hubiera tan buena respuesta para nosotros, nos agarró (aceptó) muy bien la gente y ha sido un crecimiento enorme, no hemos fallado y vamos a darle más fuerza al concepto para que siempre los aficionados salgan con un buen sabor de boca de las arenas".

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