¿Qué tan solo se sentía Miguel Herrera al término del partido contra el Toluca, el sábado? Escueto, en algunos momentos hasta monosilábico, el director técnico del América mostró su molestia por el resultado y el funcionamiento de su equipo.
No fue ese personaje que responde de todos los temas
y de forma amplia. Un par de palabras para contestar algunas preguntas, siempre con una mirada que irradiaba cólera.
Poco más de tres minutos duró la conferencia de prensa que ofreció en el Estadio Azteca, pero si sólo se toman en cuenta sus respuestas, no rebasó los dos minutos.
Raro en él, porque sus comparecencias -por lo menos- duran 10 minutos. Si se engancha con un tema, pueden ser hasta de media hora.
Fue la soledad de Herrera , el monosilábico, el que prefirió callarse y sólo cumplir con el requisito, por la ira generada tras el empate con el Toluca.