Thomas Christiansen, técnico de Panamá,
amagó con irse de la conferencia de prensa, ante la mala conexión que había a distancia. Ante tantos intentos fallidos, amenazó: “Hay un control ahí, si lo aprietan se queda callado y si no me voy”, dijo.
Cuando todo estuvo tranquilo, lanzó la frase: “Sabíamos que en la segunda parte, la exigencia de México nos iba a someter, y tenía que ganar por lo civil o criminal y nos sometieron”.
Todo es por el penalti
que decidió el juego y que fue polémico.
El técnico danés también quiso ser diplomático: “Era difícil ver si era penalti, había mucha gente por delante. En la grabación nuestra, era complicado verlo. Así son las eliminatorias en Concacaf, a Panamá no nos han regalado nada. Al final esto continúa. Comentaron que había un árbitro mundialista mexicano, que en la transmisión dijo que no era penalti… Él quizá sabe un poco más. Hoy no nos lamentamos. Toca levantarse”.
Ignora por qué el árbitro no fue al VAR:
“Con tantas dudas debería ser revisable. Pero aquí no se regala nada. Es lo que toca, hay que seguir y esperar mejores momentos”.
“México no nos iba a regalar nada, teníamos que intentar conseguir nuestros objetivos que era intentar ganar. El tema de lesiones nos mermó. Estuvimos bien metidos en la primera parte, era el objetivo, sabíamos que en la segunda parte la exigencia de México nos iba a someter”.
Al final del partido, hubo dimes y diretes
entre los dos equipos, y el técnico explicó: “Yo sólo quería una explicación por tanto tiempo perdido”.
Alguien le preguntó qué le había parecido el estadio Azteca, y dijo: “¿El Azteca? De cojones … La transmisión, un desastre”.