Como cada torneo, muchos petardos llegan al futbol mexicano. Jugadores extranjeros que dan más pena que gloria en la cancha y, como popularmente se dice: “sólo vienen a cobrar”.
No aportan nada, en todo caso, sólo llenan la bolsa de promorores y directivos, en detrimento del desarrollo de jóvenes, quitándoles minutos, pero hay otros que ni a eso llegan.
El caso más sonado es el de Landon Donovan. El impacto mediático que generó en León fue inmenso, pero sólo duró días y se apagó. El estadounidense participó en seis partidos de Liga con la Fiera, sumó 115 minutos y no marcó.
Pumas trajo a Yúber Asprilla, pero el colombiano no justificó el por qué los universitarios pagaron por él. Jugó 25 minutos. Hay casos similares: Jefferson Duque, de Morelia, jugó sólo 133 minutos y Rodrigo Cecchini, de León, 62 minutos.