Rafaela Silva

, judoca brasileña que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos Río 2016 , fue retenida hoy por la Policía en Río de Janeiro y liberada luego, cuando fue reconocida, según relató ella misma en sus redes sociales.

Según contó Silva en su Twitter, viajaba en un taxi por Avenida Brasil , una de las arterias más transitadas y a la vez más peligrosas de la ciudad, por su cercanía a varias favelas, cuando un coche de la Policía pasó al lado de vehículo en el que iba.

"Los policías no estaban con una cara muy simpática", escribió la atleta. Y agregó: "Yo continué mirando mi celular en el taxi y de repente, ellos prendieron la sirena: querían que el carro se detuviese".

"Cuando el taxista paro, ellos le pidieron que estacione en un rincón. Miré por la ventana y un policía armado me hizo salir del carro. Salí y entonces él me preguntó: ¿Dónde trabajas?'", continuó la atleta.

Entonces, de acuerdo a la descripción de Silva, ella respondió " No trabajo, soy atleta ", y el agente, mirándola a la cara, le preguntó: "¿Tú eres esa de la Olimpiada?". "¿Dónde vives?", cuestionó luego el policía, ella le respondió y así, tras la retención, la dejaron ir.

Luego relatar la historia, Silva, que nació en la favela Cidade de Deus y es de piel negra , contó que, al volver al taxi, el chofer le confesó que el otro policía le había dicho sobre ella: "Pensé que la recogiste en la favela".

"Eso pasó en medio de la avenida Brasil, y todo el mundo mirándome, pensando que la Policía había capturado un bandido, y apenas era yo, tratando de llegar a casa", finalizó la medallista olímpica. Y lanzó una pregunta retórica: "¿Hasta dónde llega el preconcepto?".

El 8 de agosto de 2016, Silva ganó la final de judo, en la categoría de hasta 57 kilos, y consiguió el primer oro para Brasil en los Juegos Olímpicos de Río. Su historia acaparó la atención de todo el mundo por su origen humilde y su constante superación.

El episodio de hoy sucede en el marco de la intervención federal en Río, por la cual las Fuerzas Armadas asumieron el control de la seguridad pública del estado, debido a la escalada de violencia en la región.

En el informe de Amnistía Internacional sobre 2017, que se dio a conocer hoy, se alerta, justamente, sobre el comportamiento violento e intimidante de la Policía de Brasil respecto a los habitantes de las favelas, que, en su gran mayoría, son afrodescendientes.

"Las operaciones policiales en favelas y áreas marginalizadas generalmente resultaron en tiroteos intensos y muertes", remarca el organismo internacional en el documento.

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