Se jugaba un partido en el Brasileirao. Sao Paulo recibió a Gremio y la desesperación seguramente por el marcador, llevó a Dani Alves a cometer una muy dura falta a un rival.
Marchaba el minuto 17 del segundo tiempo cuando Luiz Fernando de Gremio controlaba el balón por la banda cerca del mediocampo. Momentos más tarde, Dani Alves intentó robarle el esférico, pero, no lo logró.
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El exjugador del Barcelona cometió una imprudente entrada que merecía la tarjeta roja. Una plancha por atrás al rival que para el árbitro central, sólo merecía la amarilla.
Al final, el partido finalizó empatado sin goles.