Que no ganaba como visitante, que aquello de las finales todavía se le complicaba, que nunca un técnico extranjero había hecho campeón al Cruz Azul -ya no de Liga, sino de cualquier cosa desde su ascenso a primera-... El equipo cementero es campeón de la Copa MX en su versión Apertura 2018 con una autoridad que ahora debe trasladar al torneo liguero.
El mayor mérito de La Máquina, de sus jugadores, fue siempre mostrarse convencidos de que podían lograr el primero de los dos títulos en disputa este semestre. Ya en lo que tiene que ver con el futbol cancha, volvió a ser el equipo agresivo, pero equilibrado que ha trabajado Pedro Caixinha, quién además se convirtió en el primer estratega foráneo en darle un título a la institución.
Cumplieron todos. Desde el portugues, quién aseguró que lucharán por el doblete, hasta Guillermo Allison, criticado por sus fallas en otros partidos pero que ayer tuvo el partido de su carrera. Y ese futbol de orden le abrió el camino del triunfo al Cruz Azul (0-2), sobre un Monterrey que ha sumado su tercera derrota en finales en su nuevo estadio. Ahora son dos de Liga y una de Copa. Debe ser una maldición...
Pero como siempre pasa en estas batallas deportivas, el triunfo no es una cosa sencilla. Los equipos se midieron, mostraron lo mejor que tenían hasta los primeros 30 minutos y después, Elías Hernández rompió con la paridad que se había generado desde el mediocampo a partir de la disputa del balón.
Pero para amarrar el campeonato de Copa , tuvo que aparecer otra vez Elías. Desde la parte baja en la pradera derecha cortó el campo, conecto con Alvarado, quién le regresó y después servicio a Cauteruccio. El uruguayo empujó el balón y en ese momento quedó claro que no habría poder que le quitará el campeonato a La Máquina.
Lo que vino después fueron los intentos rayados por reaccionar. Entraron a la cancha Avilés y Pizarro . Cerca de 30 millones de dólares que poco pudieron hacer para remediar lo complicada de la noche. Al Monterrey la resignación le llegó pronto. Diez antes del final su gente comenzó a salir del estadio en una muestra de que aceptaban la derrota.
Fiesta azul, de visitante y tanto que le había costado ganar fuera de casa. Alegría para los celestes en patio ajeno y el inicio, según Caixinha y el convencimiento que ha manejado con su grupo, del camino al doblete, lo que implica. Por supuesto, que ganen esa Liga que tanto se les ha negado en los últimos 21 años. Por ahora, han dejado atrás aquello de no saber ganar los partidos importantes y tienen algo qué disfrutar.