Más Información
Elección judicial: 65% de aspirantes son hombres; Comité de Evaluación del Poder Legislativo busca paridad de género
Ssa firma convenio para reconocer atención a la violencia sexual como emergencia médica; busca prevenir la revictimización
Se requieren mayores recursos en el Presupuesto 2025 para mejorar escuelas, asegura SNTE; destaca certeza laboral para maestros
UNAM y AAPAUNAM instalan mesa de negociación para revisión salarial; entrará en vigor en febrero de 2025
Personas de otros partidos pueden sumarse a Morena: Luisa Alcalde; la meta es tener 10 millones de afiliados
La pandemia de Covid-19 ha alejado a los aficionados de los estadios, pero estos son capaces de arriesgar su salud por su equipo favorito, sobre todo si de un clásico se trata.
Tal es el caso de los seguidores del Cruz Azul, quienes organizaron una caravana para seguir a los autobuses del club hasta el Estadio Azteca y, ya instalados en las inmediaciones del recinto, formaron un pasillo para recibir a los transportes de los jugadores.
El mismo día que se anunciaron 730 mil casos de coronavirus y 76 mil muertes provocadas por la enfermedad en México, más de 100 apasionados se arriesgaron para apoyar a La Máquina, que esta noche enfrenta al América.
Fuera cubrebocas, cero distanciamiento social y muchos cantos y chiflidos. Es noche de clásico joven y no hay para más. Niños y niñas presentes bajo la lluvia capitalina, ni una sola medida sanitaria de por medio.
La cita fue en el hotel de concentración del Cruz Azul, ubicado al sur de la Ciudad de México. Alrededor de las 18:00 horas, llegó el primer puñado de aficionados celestes y se pegaron junto a los autobuses, estacionados en la entrada del edificio. Por más de 45 minutos, se cantó y brincó con banderas, hasta que salieron los jugadores. Tremenda aplaudida al ver a los celestes, desde Jesús Corona, Santiago Giménez y Jonathan Rodríguez.
Lee también: Pablo Aguilar, listo para regresar con Cruz Azul
Pero no dio mucho tiempo para disfrutarlos, cada quien a sus automóviles y perseguir a La Máquina Celeste, como se le bautizó al transporte oficial del club.
En el Estadio Azteca ya esperaban varios seguidores, de todas las edades, con sus camisetas... sólo algunos llevaron protector facial para prevenir algún contagio de coronavirus. (El América tomó sus precauciones y arribó casi una hora antes a su casa).
Previo a la llegada del Cruz Azul, las docenas de fanáticos formaron un pasillo para que pasaran los autobuses , pero claramente el orden duró segundos y todos se pegaron a los vehículos. Muy despacio, los choferes lograron acceder al estacionamiento, pero eso no frenó las porras cementeras.
Todavía, los aficionados se quedaron por 30 minutos, amontonados y en contacto el uno con otro. Algunos, conscientes, se quedaron alejados y cantaron por su cuenta.
El buen momento del Cruz Azul, quien arrancó el clásico joven en búsqueda del liderato del Guardianes 2020, ha motivado a la afición celeste, tanto que realizan este tipo de actos con casi tres cuartos de un millón casos de coronavirus en el país.