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edgar.luna@eluniversal.com.mx
Érase una vez un niño que soñó en volar. Al paso del tiempo, el niño se hizo adulto, pero supo que arrastrando los sueños, éstos se podían hacer realidad.
Sí, el hombre no puede volar, pero puede intentarlo, y por 500 partidos lo ha hecho, día tras día, semana a semana, mes tras mes, año tras año.
Hasta sumar 500.
José de Jesús Corona, portero de Cruz Azul, llegará hoy a esa cifra de partidos en la Liga MX, justamente contra el equipo que lo debutó: el Atlas de Guadalajara.
“Es un número especial, que habla de la constancia que uno ha tenido en el futbol mexicano. Me tiene muy contento llegar a esta cifra”, dijo el portero, quien tiene 37 años de edad.
Debutó en una noche calurosa de Guadalajara, allá en el estadio Jalisco, vestido de rojinegro, y aunque toda su familia, su abuelo y sus tíos, porteros también, habían jugado en el Guadalajara, él prefirió ser un zorro.
“Desde la semana sabía que iba a ser el titular. Armando [Navarrete] se había lesionado y me pusieron. Ganamos [3-0] y la gente comenzó a corear mi nombre, fue bonito”, dice, al recordar el primero de los 499 que ha jugado.
De Atlas se fue a Tecos, de ahí brincó a la Selección Nacional y también a Chivas, aunque fuera como refuerzo para jugar la Copa Libertadores en 2005. “Mi papá estaba bien emocionado por eso. Siempre le ha ido a las Chivas, pero nunca me ha dicho que juegue ahí o que me quede”, afirma.
Su carrera, al final, ha estado formada de buenos y malos momentos: “Me gusta recordar lo bueno, lo malo... son experiencias que uno tuvo y de todo se aprende.
Lo que le falta es un título de liga, porque no lo ha ganado en su carrera y el Cruz Azul no lo ha levantado en 20 años, aunque sí el de la Copa MX y el de la Liga de Campeones de la Concacaf.
Espera que este torneo sea el bueno, el del cetro.