Mario Escobar,

el árbitro que acuchilló al en el juego ante el Portland Timbers en el duelo de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones de la Concacaf , tiene sus historias macabras.

Escobar, en el 2017, dentro del torneo guatemalteco de primera división, cometió el gravísimo error de permitir un cuarto cambio en el duelo de la gran final entre Municipal y Antigua. El silbante permitió una sustitución del Antigua cuando el juego se fue a tiempo extra, basándose en qué la FIFA había autorizado esa nueva regla, pero no se tomó el cuidado de averiguar que la Federación de Guatemala no había avalado ese cambio.

La sanción fue de cuatro partidos. En el siguiente año, en el 2018, en un juego de semifinales entre los Príncipes Azules del Cobán y el Guastatoya, de la tribuna se le arrojó una botella de whisky que lo descalabró, teniendo que terminarse el juego.

Escobar, de 34 años, es árbitro FIFA desde el 2013 y una de las cartas fuertes de la Concacaf. Fue quien pitó la final de la pasada Liga de Campeones de la Concacaf entre Tigres y el LAFC.

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