Ha llegado el momento más esperado de la semana. Por fin juega el equipo de sus amores y los nervios se apoderan de su cuerpo, se visualiza con su familia frente al televisor, gritando en cada jugada, todos con la playera puesta desde muy temprano. Toma su balón y comienza a jugar, todo es perfecto y no cuesta nada imaginar la escena, con los personajes muy claros en nuestra mente, pero no siempre es así. Cambiaremos el protagonista, porque ahora, es momento para hablar de la protagonista.

Rubí Soto

es oriunda de Sinaloa, tierra con un amor eterno al beisbol, pero también con una atracción secundaria al futbol. Ella soñaba con llegar a ser futbolista profesional, romper barreras y demostrar que era capaz de conseguir sus metas, a cualquier costo, con base en el trabajo y la dedicación.

El camino no fue fácil. Para una mujer, el llegar a jugar en nivel profesional se convierte en una labor heroica, por las oportunidades y sobretodo, por el estereotipo de “el futbol es para hombres”, convirtiendo en una rareza ver a una niña jugar a la pelota; Rubí, actual referente del Guadalajara Femenil , vivió ambas caras de la moneda.

A todas nos ha pasado, a todas las que hemos jugado futbol y las que estamos aquí ahorita, creo que de chiquitas era como de ‘ay no, eres mujer, no le sabes pegar al balón, siéntate’ o ‘espera la reta’. En mi caso no me pasó, casi siempre era de ‘Rubí, tú en mi equipo’, en la primaria o así, había niños que ‘ay no tú eres mujer, como vas a estar en mi equipo, te van a tumbar y lloras’, cosas así. Fui creciendo y ya todos decían ‘no juegues, el fútbol es para niños, el futbol es para hombres y nunca vas a tener oportunidad, si fueras hombre, ya estarías jugando en primera división’ y bla, bla, bla y yo decía ‘no, voy a cumplir mi sueño y nadie me va a parar’, siempre estuve con el ‘yo, yo, yo’ y mira donde estoy, gracias a Dios, estoy jugando en primera división” .

Pero, de forma mágica, todos los comentarios negativos, se han convertido en mensajes de aliento.

“Me he topado a muchos niños que me dicen ‘nunca imaginamos que ibas a llegar ahí, pero siempre veíamos de chiquita lo que tu traías’ comentarios de esos, antes te despreciaban y ahora quiero que estés aquí conmigo, son cosas que pasan, hay que ser humildes”.

¿Qué significó la creación de la Liga Femenil?

“Una oportunidad bastante importante para todas las niñas, hay muchas niñas que nos toman como ejemplo y están luchando para llegar acá, jugar futbol y ser profesional. Fue un paso muy importante, más que nada para aportar algo a selección mexicana que era lo principal. La selección, gracias a Dios, está tomando muchas jugadoras de la liga, están poniendo más los ojos acá y vamos a hacer buen trabajo para que la liga siga creciendo y no caiga”.

¿Rubí Soto soñó con llegar a ser titular indiscutible del Guadalajara?

“Duré tres años jugando (escuelita Chivas ) cuando se iba a hacer esto de la liga hace como siete años, pero no se hizo. Regresé a Sinaloa y dije ‘nunca voy a jugar profesional’, como dada por vencida, de que ya jamás iba a poder llegar aquí. Cuando se hizo la liga yo estaba estudiando, dije ‘tengo que terminar mi carrera’, pero no soporté, decía ‘quiero estar en la liga’ y mi papá me dijo ‘vete, deja la escuela y cumple el sueño’ y cuando llegué aquí e hice visorias y todo, nunca imaginé que iba a llegar siendo titular. Desde mi primer torneo fue desde que llegué, estuve en el once titular y de ahí no bajé”.

¿Qué parte toma la familia en la vida de Rubí Soto?

“Todo. Ellos son la pieza fundamental, gracias a ellos estoy aquí, gracias a su apoyo no he estado triste, siempre están ellos. Son los que me dicen ‘no estés triste, estás haciendo lo que te gusta, lo vas lograr, sigue trabajando’ y la verdad gracias a ellos no me he regresado a Sinaloa”.

¿Estás viviendo un sueño?

“Es un sueño. Batallé mucho para caer en cuenta que estaba ya jugando profesional y que me tenía que comportar como tal y ahorita que ya estoy más madura, digo 'wow, ¿cuántas personas no quisieran estar en mi lugar?’ y tengo que valorarlo cada día, cada minuto y cada segundo que esté dentro de la cancha”.

Rubí forma parte de una generación histórica en nuestro país, que ha logrado abrirles las puertas a cientos de mujeres con el sueño de llegar a ser futbolistas profesionales. Todo este peso suele incomodar, pero la sinaloense adopta un sentimiento diferente, que la motiva para seguir siendo el ejemplo en el que se ha convertido.

“Me hace sentir especial, porque tengo ojos de personas muy pequeñas en mí y es como que tengo que seguir ese ejemplo, seguir trabajando y seguir creciendo para que sigan viendo cosas buenas en mí, dentro de la cancha y fuera. Es muy especial, ver que las personas te conocen, que te ven en las tiendas y dicen ‘wow, ahí está Rubí Soto’ y así, siento yo que es gracias al club, a la institución que estás representando y más por el trabajo que haces en cada partido y en cada entrenamiento”.

Los logros de Rubí no han sido obra de la casualidad. No hay sueños imposibles, metas inalcanzables o sacrificios que queden en vano; todo llega, solo es cuestión de buscar el camino correcto y a pesar de todos los obstáculos, mantenerse de pie, con la mirada fija en el horizonte y con la mente convencida en que todo llegará. Rubí lo ha hecho todo de esta forma y su mayor triunfo fue soñar despierta.

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