El primer entrenador interino que dirigió al y debutó en un Clásico Nacional fue Jesús Bracamontes . Allá en la temporada 1988-89, tomó el equipo un viernes y el domingo dirigió el juego en contra del America : “Don Marcelino García Paniagua me dijo: ‘eres el técnico, pero sólo por un juego, después viene el (Miguel Ángel) ‘Zurdo’ López’, me dijo”.

Ahora, 32 años después, Chivas repite la situación, ahora Marcelo Michel Leaño es quien tomará el cargo de cara al Clásico contra el América , pero quizá no sea por un juego, aunque Ricardo Peláez , director deportivo del Rebaño recalcó que es interino: “Michel puede ser una buena apuesta para que se quede como técnico, o también puede ser el puente ideal para esperar la llegada de Matías (Almeyda)” , reflexiona el profe.

El concepto que Barcamontes tiene de Marcelo Michel Leaño es muy bueno: “Fue compañero en la escuela de mi hijo, así que lo conozco bien. Es un buen chico, muy dedicado, trabajador, le gusta prepararse en todos los sentidos, alguna vez pudimos trabajar en Tecos, me ofreció la oportunidad, pero no se dio”.

Pero… ¿Podrá con el paquete que significa Chivas?

“No es nada descabellado. Es un tipo que conoce muy bien al equipo, tiene bien vistas a las fuerzas básicas, y también al primer equipo, y si le va bien en el Clásico podría quedarse o quizá ser el puente ideal para esperar la llegada de Matías

(Almeyda, quien en noviembre termina contrato en la MLS con el San José Earthquakes)”.

Pase lo que pase, es un duro compromiso el que se ha echado encima Leaño: “En Chivas hay mucha inestabilidad, esa es la realidad. No se entiende (la salida) de (Víctor Manuel) Vucetich. Venía de ganar, llevaba varios juegos sin derrota, estaba cerca de meterse en Liguilla de forma directa y… ¡lo echas a una semana del Clásico! Es extraño, Ricardo (Peláez) y Amaury Vergara han batallado mucho para levantar al equipo, y también muchos jugadores que han llegado al club no han entendido lo que significa estar en el Guadalajara. La ciudad ofrece mucho en varios tipos de aspectos, y hay que estar preparado, unos entienden el compromiso, otros no”.

Cómo dirigir un Clásico, con dos días de preparación

Fue un viernes, cuando a Jesús Bracamontes le dijeron: ”Te haces cargo de las Chivas”.

Dos días después se jugaría el Clásico de la campaña 1988-89.

“Don Marcelino García Paniagua -entonces presidente del club-, me llamó a su oficina y me dijo: ‘te haces cargo del equipo, pero sólo por un partido, después lo toma el (Miguel Ángel) Zurdo López’”, recuerda el profesor Bracamontes .

Así lo hizo: “Fui al vestidor y ahí estaba don Arpad Fékete, supongo que ya lo sabía, y me dijo, aquí están mis apuntes -me dio sus hojitas-, igual te pueden servir”. Y se hizo cargo del equipo, a dos días del Clásico .

Antes de emprender el viaje a la Ciudad de México , “don Marcelino se me acercó y me dijo: ‘ el Zurdo está en el hotel…, háblale y dile que si quiere tomar al equipo’… Lo hice, le hablé, pero me dijo: ‘para nada, no los conozco bien. No, no, no tú me entregas el equipo el lunes’, y pues dirigí el Clásico”, un juego que terminó empatado a dos goles: “sí, hombre, nos empataron al final, un gol de (Luis Roberto Alves) Zague. No tuve mucho tiempo de moverle, algunas cosas, pero lo que sí fue radical fue terminar con la marca personal. Al profesor Fékete (qepd) le encantaba que cada hombre tuviera su marca y a los jugadores no les gustaba para nada. Muchas veces los muchachos llegaban y me decían: ‘no vamos a hacer la marca personal, estamos hartos, te vamos a hacer caso a ti’, y yo me negaba, el técnico era el profesor Fékete, y le fui fiel hasta el final… Pero bueno, cuando tuve el equipo, acabé con eso, jugamos un clásico 4-4-2 y casi nos sale”.

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