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Javier Hernández
es el máximo anotador de la historia de la selección nacional de México, 52 goles son los que registra el hoy delantero del Galaxy de Los Ángeles .
Su carrera inició en Chivas de donde emigró al Manchester United de Inglaterra en la transacción más grande de un jugador de este equipo al futbol europeo.
Su paso en Inglaterra fue estable, aceptable e incluso por momentos, brillante. Tras tres temporadas en el equipo, llegó al banquillo Louis Van Gaal, quien no quiso a Chicharito y lo mandaron de préstamo al Real Madrid.
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En España fue suplente, entraba esporádicamente y no se logró afianzar, así que la directiva merengue encabezada por Florentino Pérez lo regresó al Manchester United, quienes al seguir sin entrar en planes lo negociaron al Bayer Leverkusen. Estuvo dos temporadas en Alemania y regresó a Inglaterra para jugar con el West Ham, es decir, otra vez inestabilidad de Hernández en un club europeo.
Con los Hammers jugó otras dos temporadas hasta que el Sevilla se fijo en él y lo llevó como solución ofensiva, algo que no ocurrió.
Un año con los andaluces sin pena, sin gloria y vino la mejor oportunidad de su carrera, ir a la MLS a ganar seis millones de dólares anuales con el equipo californiano, convertirse en la imagen del equipo y lograr que los mexicanos en Estados Unidos voltearan al Galaxy. No ha pasado nada de eso, solo pésimas actuaciones en el campo, y dedicación total a su Vlog y a sus video juegos, hoy es más gamer de consolas que jugador de futbol, según las fuertes críticas que emanan desde los medios locales de Los Ángeles.
La carrera en espiral de Chicharito está por llegar al final si no vuelve a entender que de futbol vive, de ese deporte se nutrió su personalidad y que no es solamente cobrar y cobrar, también dejar algo en el campo.
