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Hace menos de un año, todos juraban que Roberto García Orozco sería el árbitro mexicano que iría a la Copa del Mundo de Rusia. Pero al final la carrera la ganó César Ramos Palazuelos, que después de 16 años de carrera al fin logró la meta, ir a un Mundial.
Y pensar que llegó al arbitraje en busca de disciplina, esa que no encontraba cuando era jovencito y que ahora es parte fundamental en su vida.
¿A quién se le ocurre dedicarse al arbitraje?
Uno se enamora de esto, es necesario porque la pregunta es correcta, ¿quién quiere ser árbitro? Eres un juez, un modelo a seguir por los jugadores. Para ser árbitro debes de ser responsable de ti y aplicar las reglas de juego es lo más importante.
¿Y de dónde nació el amor?
Pues en la prepa y todo porque tenía problemas de disciplina, muy graves en el primer año. Faltaba a clases, molestaba a mis compañeros, a los maestros, en cada clase me iba hasta atrás a charlar y hacer ruido, hasta que un prefecto me dijo… ‘debes buscar disciplina, debes buscar una misión en tu vida’. Y lo hice, buscar una actividad que me mantuviera ocupado. Desde que ingresé en el arbitraje me di cuenta que aquí debes de entrenarte, alimentarte bien, andar bien vestido. No puedes estar borracho dirigiendo en las canchas. Me fui fortaleciendo, hasta que vi que conseguí los sueños.
¿El sueño es el Mundial?
“Todavía faltan seis meses de entrenamiento, de charlas, de cursos. Estoy contento pero no he ganado nada, hay que construir aún con buena alimentación y buenos entrenamientos”.
Fue dura batalla con Roberto García Orozco...
El arbitraje es una carrera individual. Lo que hagas o dejes de hacer es lo que te lleva. Los compañeros trabajan y yo hago lo mío. Cada quien hace lo que puede y yo no me meto entre los demás.
Pero debes de tener un mérito para haberlo conseguido.
Hago mi trabajo. Es la recompensa de 16 años en el arbitraje, cinco de internacional y muchas veces dejar sola a la familia. Esta es la recompensa, pero aún falta, hay que prepararse.
¿Ya te viste?
Ya me vi en la Liga mexicana. El arbitraje es la responsabilidad del día a día. No futurees, a lo que vas a dirigir. Hay que ser realista”.