No, la Selección Sub 22 de Jaime Lozano no alcanza a conectar, no alcanza a demostrar que tiene los tamaños para hacer la diferencia.
Empate a cero goles con el cuadro de Japón , el cual será anfitrión en los Olímpicos de Tokio del próximo año. Empate justo porque el Tricolor no hizo demasiado y los nipones tampoco lo intentaron. A estas alturas, con más gente en el plantel que como JJ Macías y Sebastián Jurado se debería de tener y ver un juego más profundo y contundente, y no, no hay avance.
Quizá lo bueno es que no hay retroceso.
Se tardó cerca de 30 minutos, el darse cuenta a Jaime Lozano, que para tener profundidad primero debía de hacerse del control del juego. Para eso cambió la formación, de un 4-3-3, puso un 4-4-2, con JJ Macías ahora de volante por la izquierda, dejando a Pablo Yrizar como único punta.
El movimiento hizo que Macías expusiera aún más sus características de buen jugador y de líder. Se hizo del balón, abrió espacios y generó muchas más llegadas.
Pero a final de cuentas el primer tiempo estuvo para el olvido. Yrizar f ue el que destacó pero para mal. Cuando se encontró con una pelota con el marco abierto, falló y de ahí se cayó mentalmente, lo que habla bien de Jaime Lozano es que lo aguantó la mayor parte del juego para regresarle la confianza.
Japón
fue más que el Tricolor al inicio, girando todo su juego de las botas del 10, Hiroki Abe, el canterano del Barcelona , que ofreció destellos, pero nada para justificar su temprana fama.
La realidad es que este equipo de Jaime Lozano tiene materia prima, pero en algunos casos está verde. En otros ya está madura.
Gerardo Arteaga es un guerrero en la lateral izquierda y Alan Mozo por la derecha, Ian Torres marca diferencia en media cancha, igual que el americanista Sebastián Córdoba. JJ Esquivel de Juárez no desmerece como pistón y claro, Macías está por encima de todos.
Este equipo que le hace falta Diego Lainez, Edson Álvarez y Uriel Antuna, tiene mucho futuro, se nota su calidad en la cancha, pero algo debe de hacer Jimmy Lozano para de verdad, desde ya, volverlo dominador y ganador.
En marzo es el preolímpico, dirán que falta mucho tiempo, pero a la hora de la verdad, quizá no sea demasiado.