Pese a su buena intención de anunciar un torneo amistoso , la embajada de Qatar no supo manejar lo que parecía una sencilla presentación. La realidad es que no supo aterrizar a qué rubro enfocar su evento, ya que invitaron a un sinfín de medios de comunicación de enfoque deportivo, de espectáculos y político .
Se rentó un salón sin la capacidad de albergar a todos los invitados, además de que se interrumpía la conferencia cada que presentaban a las celebridades que llegaban tarde al desayuno. Sin orden o conocimiento, no quedó de otra que terminar con la sesión de preguntas, porque ya era mucho relajo y la gente comenzó a abandonar la sala.