La Bundesliga se convirtió en la primera liga importante en Europa en reactivar sus activades, tras la pandemia Covid-19.
Con cinco partidos programados a la misma hora – Borussia Dortmund vs. Schalke 04 , el derbi De Ruhr como el más atractivo–, el futbol germano vivió lo que sería la nueva normalidad en el deporte, por lo menos hasta el término de la temporada.
Pasaron dos meses para escuchar un silbatazo inicial. Las gradas estuvieron vacías, con un máximo de 300 personas dentro de los inmuebles y con una logística para evitar contacto, con excepción para los 22 jugadores sobre la cancha.
Antes del arranque, se cumplieron con los protocolos de higiene. Los utileros de los clubes limpiaron los balones. A todo el personal que ingresó a los recinto se le aplicó una revisión médica.
Los futbolistas salieron al campo en pequeños grupos, para evitar un congestionamiento en los túneles y en los vestidores. Los rivales no se saludaron y el volado se realizó en el centro de la cancha, pero cada capitán por un lado, a un par de metros del árbitro central.
Los banquillos fueron reubicados, para mantener una distancia entre los suplentes, quienes portaron tapabocas, al igual que los cuerpos técnicos y el resto de las personas en el estadio.
Gio Reyna
, joven estadounidense del Borussia Dortmund, estaba perfilado para alinear frente al Schalke 04, pero se lesionó durante el calentamiento. El norteamericano fue el primer profesional que se resintió físicamente tras la pausa de 65 días.
En cuanto arrancaron los partidos, los jugadores disputaron sin complicaciones, con jaloneos, pisotones, empujones y roces. Todos querían ganar y se guardaron nada. Erling Braut Haaland, del Dortmund, se convirtió en el primer goleador en el retorno del balompié, al empujar el esférico, tras una buena jugada en colectivo, dentro de la portería del Schalke.
El noruego no pudo abrazar a sus compañeros, ni darles la mano. Los festejos fueron a una distancia y con los codos y antebrazos, como lo dicta el protocolo de la Bundesliga.
Algunos clubes mandaron a sus suplentes calentar desde temprano. A los 25 minutos, entre tres y cuatro jugadores realizaron ejercicios al costado de la cancha. Se permitieron cinco cambios por equipo y cada miembro que fue sustituido se colocó un tapabocas antes de sentarse en la banca.
Al término de los encuentros, los clubes, staff y trabajadores del estadio tuvieron 90 minutos para desalojar el inmueble, ya que deben desinfectarse las áreas ocupadas.
Los partidos terminaron: Borussia Dortmund 4-0 Schalke 04; Leipzig 1-1 Freiburg; Hoffenheim 0-3 H. Berlín; Dusseldorf 0-0 Paderborn; Augsburg 1-2 Wolfsburg. Así, fue el retorno del futbol en Alemania, que se mantendrá por las próximas semanas, hasta nuevo aviso y servirá como ejemplo para el resto de las ligas del mundo, a la espera de recibir luz verde de sus gobiernos para reanudar sus actividades.